viernes, 26 de junio de 2020

Mötley Crüe – Theatre of pain (Elektra-1985)


Pues bueno amigos, aprovechando que el pasado domingo se cumplieron 35 años –¡35 años, joder!– de su lanzamiento, ha llegado el momento de hablaros de Theatre of pain, el álbum que –como ya os conté por aquí– me dio a conocer a los Crüe mientras esperaba que saliese el segundo trabajo de WASP. Quizás no es la mejor manera de tomar contacto con una banda el hacerlo con el que, según ellos mismos, es el peor disco que han grabado nunca, pero es lo que hay. Eso sí, la verdad es que no me extraña que Sixx y compañía piensen de esa manera. 

Vince Neil había sido encarcelado por conducir bebido y provocar el accidente en el que falleció el batería de Hanoi Rocks y resultaron gravemente heridas dos personas que viajaban en el coche contra el que se empotró su De Tomaso. Además del golpe que a nivel emocional significó eso para la banda en pleno, mientras Neil cumplía condena, el resto del grupo cayó en un pozo de adicciones atiborrándose de alcohol, cocaina y heroína, sobre todo un Nikki Sixx fuera de control que andó de desfase continuo esnifando e inyectándose todo lo que pudo junto al malogrado Robbin Crosby –guitarrista de Ratt–, con quien compartía una casa convertida en un antro de sexo y drogas. 


Total, que cuando llegó el momento de grabar un nuevo elepé y con un Neil disfrutando de relativa y forzada sobriedad, este se encontró con unos tipos que casi no podían tenerse en pie. Así que, con algunas canciones nuevas, arreglos sobre antiguas demos sacadas del cajón de los descartes y una versión que el vocalista acostumbraba a cantar en su grupo pre-Crüe, se dedicaron a grabar atropelladamente un disco que les llevó mucho más tiempo del necesario ya que estaban tan pasados de vueltas que a veces dedicaban días enteros a discutir sobre un tema sin grabar apenas nada. Pese a lo explicado y contra todo pronóstico, el álbum fue un pelotazo comercial que sin tener en cuenta la valoración de la crítica y del mismo grupo aupó al Theatre of pain a ventas de doble platino, colocando un single que no habían escrito ellos en el Top 20 y una balada en el Top 100. Y yo fui uno de los compradores de esta obra que, pese a no resultar redonda, me enganchó a su sonido hasta bien entrados los 90. 


Producido por Tom Werman entre los Cherokee studios, los Pasha studios y The Record Plant, contó con Vince Neil a las voces, coros y armónica, Mick Mars a las guitarras y coros, Nikki Sixx al bajo, pedales, sintetizador y coros y a Tommy Lee a la batería, percusión, piano y coros, con la participación acreditada de Jai Winding a los teclados adicionales. 


Con portada del ilustrador Dave Willardson según diseño de Bob Defrin y Nikki Sixx, el track list del vinilo era: 

A 
City boy blues 
Smokin’ in the boys room 
Louder than hell 
Keep your eye on the money 
Home sweet home 

B 
Tonight (We need a lover) 
Use it or lose it 
Save our souls 
Raise your hands to rock 
Fight for your rights 


Comienza el álbum con City boy blues, un tema de los varios que me gustan del disco, con un estupendo inicio en el que los teclados acompañan el riff de entrada antes de que cambie el ritmo y nos encontremos ante una versión endurecida de lo que sería un rock clásico de toda la vida. Le sigue Smokin’ in the boys room, una canción de los Brownsville Station de principios de los 70 que al parecer cantaba Neil en los albores de su carrera, por lo que no es de extrañar que clave su interpretación y se le note realmente cómodo. Del tema se rodó un vídeo que recuerdo tener grabado en VHS de alguno de esos programas de la época en los que te podías encontrar a Christopher Cross, Peter Gabriel y WASP en un mismo pack. El vídeo tenía dos puntos fuertes. Por un lado la presencia de Michael Berryman, famoso actor de películas de terror, y por el otro la imagen glam extrema de la que bandas como Poison y tantas otras han declarado ser deudoras, con profusión de lencería, encajes, maquillaje y colores chillones. Entonces llega Louder than hell, uno de los temas rescatados de la época del Shout at the devil y uno de mis preferidos del disco. La siguiente es Keep your eyes on the money, que no me parece excesivamente destacable, quizás porque antes tenía un tema que me encanta y le seguía Home sweet home, un baladón del que se rodó un vídeo fantástico y emotivo. 

La cara B se inicia con Tonight (We need a lover), otra que parece sacada de ideas anteriores y que –quizás por ello– es otra de mis preferidas, con Lee y Sixx golpeando sus instrumentos con rabia y un Mars siempre solvente que toca un estupendo solo con prólogo de teclados. Le sigue la cañera Use it or lose it, sucia, hard rockera y otra de las que salvaría del disco. No me pasa lo mismo con Save our souls, que me aburre y en la que encuentro a Neil muy forzado en varios momentos del tema. La cosa no se arregla –para mi gusto– con Raise your hands to rock, algo así como un country rock con coros y batería machacona. Y pone fin al disco otra de las que salvaría de la quema, una Fight for your rights en la que también encontramos teclados dando ambiente, coros y un trabajo de Mars más que aceptable. 


Lo dicho, un disco al que tengo especial cariño, que no está dentro de lo mejor de la banda pero tampoco creo que esté precisamente entre lo peor. Además, teniendo en cuenta las circunstancias del momento, aún les quedó bastante más que aceptable. Y si a eso le sumamos su éxito de ventas, quizás es que tenemos que reconocer que estos tipos eran algo más que cuatro borrachos y drogadictos con suerte y un buen management

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com

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