domingo, 2 de abril de 2017

Como perros salvajes


Hoy os hablaré de Dog eat dog o Como perros salvajes, la última cinta dirigida y coescrita por Paul Schrader que protagonizan Christopher Matthew Cook, Willem Dafoe y Nicolas Cage (por cierto, este también protagonizó Caza terrorista, la anterior película escrita y dirigida por Schrader, de la que también os di cuenta en este blog). La verdad es que poco os puedo contar de ella, lo que no tiene que significar por fuerza que no sea una opción recomendable para pasar una tarde de sofá frente a la pantalla. La película comienza con un prólogo lisérgico protagonizado por un Willem Dafoe cocainómano, heroinómano, degenerado y violento que alucina en una casa en la que predomina el color rosa, las flores y los unicornios mientras se aprovecha de su obesa y malhumorada novia. Se trata de Mad Dog, un tipo por el que es imposible sentir empatía alguna, y aún no habéis visto lo peor. Total, que luego se nos presenta a Diesel, un cobrador de préstamos fortachón y a Troy, un delincuente profesional que fue acusado de tráfico de estupefacientes. Los tres tipos se conocieron en prisión y ahora que Troy ha sido puesto en libertad, sus dos colegas le regalan un traje nuevo y un rato con una puta. 


Troy se siente en deuda con sus amigos. Por eso, cuando le llega un nuevo encargo, realiza el trabajo formando equipo con ellos. Y la cosa sale tan bien que el trío, que no sabe hacer otra cosa que delinquir, decide afrontar un nuevo encargo más difícil y productivo, el secuestro de... un bebé. Sin embargo, esta vez las cosas no salen como deberían y –como podéis imaginar– las consecuencias serán de todo menos bonitas. Piltrafillas, esta Como perros salvajes es extremadamente violenta, extraña, irregular y con algunos diálogos a lo Tarantino. Lo malo es que Paul no es Quentin y eso se nota. Pese a todo, es un thriller entretenido de factura e interpretaciones muy aceptables que os hará pasar un buen rato. Así que, recomendada queda.

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