viernes, 19 de febrero de 2016

Tiempo de incertidumbre


Lo sé, cada año por estas fechas os cuento lo mismo, pero es que así libero tensión. Escribir unas líneas sobre lo que viviré mañana me sirve como terapia para ahuyentar algo de la angustia que me tiene atacado de manera inexplicable. Y es que el mes que viene cumpliré 25 años en la empresa, algo que –si fuese japonés, por ejemplo– tendría que suponerme un inmenso orgullo, pero que en nuestra cultura no deja de reflejar cierto acomodo, falta de ambición y querencia por la rutina. Por eso mismo, a priori no tendría que agobiarme lo más mínimo una asamblea anual de órganos de gobierno que año tras año tiene lugar un sábado de febrero y que este 2016 se celebrará precisamente mañana. Pero es tal el nivel de estrés que contagian algunos directivos –sobre todo los que se juegan su poltrona en años de elecciones como este o temen algún tipo de moción de censura por parte de facciones contrarias– que uno se ve inmerso y salpicado por jugadas en la sombra y campañas políticas que ríete tú de los acuerdos PP-PSOE o el incómodo proceso independentista catalán, algo esto último que en una entidad de ámbito estatal como la mía tiene también –como no podía ser de otra manera– cierto peso. Por eso, porque la cantidad de cosas que pueden salir mal es elevada y porque –por pequeña que sea– si uno hace una cagadita, eso será lo que se recordará en lugar de todo un año de trabajo sin mácula, la vigilia de este día no deja de ser angustiosa en cada cita anual. Por cierto, deciros que desde la última edición ya se ha producido un nuevo despido y en el aire flota la amenaza de más defenestraciones o renuncias, incluso en puestos de dirección. En fin, una delicia de agujero en el que tras 25 años me empeño en permanecer, simplemente porque la alternativa es la puta calle. Y porque tengo hipoteca, mujer y una hija adolescente... que de no ser así ya me hubiese retirado a pintar óleos o a aprender a tocar la guitarra de una vez por todas. Total amigos, deseadme suerte una vez más.

6 comentarios:

Maite dijo...

Le deseo mucha suerte mañana.
Los nervios normal, pero ya ha comentado usted que harán lo que les interese más, sin fijarse en el sudor que han empleado los trabajadores. No se coma la cabeza, no depende de usted.
Y sí, es una pena, sobre todo en su caso; podría ocupar su tiempo en cosas atractivas y artísticas, pero nos tienen cogidos por las hipotecas, hijos, somos esclavos. Saludos.

King Piltrafilla dijo...

Somos hámsters en la rueda... pero si dejamos de dar vueltas, la alternativa es peor. Es el mundo que nos ha tocado vivir. Saludos.

PUPILO DILATADO dijo...

Hey tío!, confía, ya verás que la suerte te va a sonreír. Visualizalo a pesar de las dudas.

Saludos y ya nos cuentas.

ÁNGEL dijo...

Confía en la fuerza del metal, jaja. Tú puedes, hombre. Por cierto, no sabía de esa afición tuya por la pintura al óleo. Ya nos dejarás unas reales muestras. Hala, suerte y a por todas/os.

King Piltrafilla dijo...

Bueno, la cita de este año ya ha finalizado y el acto ha salido bien. Ahora a esperar acontecimientos. Ha habido renovación de directivos. Esperaremos a ver para dónde soplan los vientos. No queda otra.

La suerte, Pupilo, tiene poco que decir en este caso jajaja

Lo de los óleos, los cómics y las ilustraciones son cosa del pasado, como la escritura. Hará como veinte años que lo dejé apartado. Ahora, el poco tiempo libre que tengo para dedicar a la creatividad lo vuelco en twitter, en mi blog y en colaboraciones para otros, como el suyo. Quién sabe, a lo mejor un día retomo los pinceles.

Maite dijo...

Me alegRA que ha salido todo bien.
En cuanto a los pinceles, búsquese la vida para encontrar algo de tiempo, al fin y al cabo es King Piltrafilla, jeje. Saludos.