lunes, 3 de junio de 2013

Murcia, qué hermosa eres


Amiguitos, parafraseando a Kiss podría deciros aquello de You wanted the pics, you got the pics! Así que, con todos vosotros, vuestro King Piltrafilla os ofrece la selección de fotografías que el pasado fin de semana realizó a salto de mata por la ciudad de Murcia, con ocasión de un traslado a dicha localidad por motivos laborales. Sí, piltrafillas, la verdad es que no tuve ni demasiado tiempo libre ni excesivas ganas de pasear cuando podía descansar. Sin embargo, al ir siempre pertrechado con mi vieja cámara de fotos –fiel compañera de viajes, marcada por muescas y arañazos varios-, pude tomar algunas instantáneas en los diversos desplazamientos por Murcia que estuve obligado a hacer. Y es que sabéis que no os puedo dar detalles de mis andanzas –acabaríais todos en Guantánamo o algo peor-, pero os puedo decir que el viernes salí de casa a eso de las 7:00 con destino al aeropuerto y de allí volé a Alicante, en donde cogí un autobús hasta Murcia. Cuando me planté en la recepción del hotel ya eran casi las 13:00 y tras instalarme, comer de menú en el mismo establecimiento y descansar un poco en la habitación, me dispuse a asistir a los primeros actos organizados por la empresa. 


A las 21:00 nos trasladamos a la Plaza del Cardenal Belluga –punto de encuentro frente a la Catedral- y de ahí a una recepción en el Real Casino. Luego, al hotel, que uno ya no tiene veinte años. Por cierto, que todos los desplazamientos los hice a patita. Por suerte, Murcia es una capital a escala humana por lo que se hace bastante innecesario utilizar transporte público si no se tiene excesiva prisa, pero eso no quita que haya acabado con los pies hechos polvo. El sábado, los actos comenzaron para mi a las 9:00 y –dado que tenían lugar en varias ubicaciones- estuve trasladándome de un lado a otro de la ciudad hasta que, a las 13:30 más o menos almorzaba en el Club de Tenis. Por la tarde más actos, más traslados, reunión con el presidente a las 21:00 y cena de gala a partir de las 22:00. Finalmente, el domingo –ya más tranquilo por la inminencia del fin de las reuniones- asistí a los últimos actos desde las 9:00 hasta las 14:00 para –después de pasear brevemente por los alrededores del Teatro Romea y comerme un helado de café y chocolate- embarcar en un autocar hasta el aeropuerto de Alicante. De allí a Barcelona, y a casita en taxi, en donde finalizó mi especial fin de semana laboral a aquello de las 20:00 aproximadamente. 


Total, que si ya estáis acostumbrados a que en mis desplazamientos turísticos haya algunas fotos interesante pero mucha paja, esta vez ya os aviso de que hay poco por aprovechar. No obstante, siendo un enfermo de la fotografía, no me puedo resistir a hacer caso a las demandas de algunos de vosotros y ofreceros hoy mismo –día en el que he disfrutado de un más que merecido descanso- la serie Murcia, qué hermosa eres. Sed comprensivos.