domingo, 5 de agosto de 2012

She-devils on wheels (1968)


Y la segunda cinta del fin de semana es She-devils on wheels, una mítica película de 1968 del género exploitation dirigida por el no menos mítico Herschell Gordon Lewis que nos cuenta la historia de las man-eaters, una banda de motoristas femeninas comandadas por Queen que compiten haciendo carreras entre ellas para establecer quien es la primera en escoger al tipo con el que se lo montarán en sus juergas nocturnas. Pero las reglas establecen que las chicas no se pueden enamorar, por lo que la fidelidad de Karen al grupo se pone primero en entredicho cuando sus compañeras detectan que está repitiendo de chico en varias citas y más tarde cuando un antiguo novio pretende que deje la banda por miedo a que el grupo rival de hot-rodders capitaneados por Joe-Boy le haga daño. 


La verdad amiguitos es que si en lugar de Lewis el realizador hubiese sido Russ Meyer, esta She-devils on wheels se hubiese convertido en una cinta de culto mucho más apetitosa y carnal. Sin embargo, bajo la realización del de Pittsburg, la que nos ocupa se quedó en mi opinión a medio camino del resultado que cabía esperar. No soy un entendido en la obra del que está considerado el padre del gore, autor de cintas de las que ya os he dado cuenta en este blog Blood feast, 2.000 maniacs o The gore-gore girls-, obras en las que el gore y escenas nudies caracterizaban unas películas tan infames como altamente recomendables. Pero en She-devils no hay gore –excepto una cortísima escena casi al final-, no hay violencia –la escena de la pelea de bandas es ridícula- y no hay erotismo –lo más desnudo que se ve es una pierna- por lo que se me hace difícil hablaros de esta cinta como de un divertimento recomendable. No obstante, H.G. Lewis es una innegable figura del cine friki por lo que tampoco estaría de más que os sirvieseis una copa de ron y la disfrutaseis con afán completista como lo simplona y básica que en realidad es. Y, sobre todo, get off the road piltrafillas, a no ser que os queráis encontrar con las comedoras de hombres... ¿o es así?

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