Sí amiguitos, cuando algunos éramos pequeños y no existían ni los móviles, ni las Nintendo DS, ni los iPod, lo que los niños pedíamos a los Reyes era o el Scalextric o el Ibertren. Y sólo unos pocos afortunados lo conseguían. La falta de espacio era la principal excusa que nuestros padres argumentaban para que en casa hubiesen canicas, Madelmans o cromos de la Pantera Rosa..., pero no el Scalextric o el Ibertren. Y por eso hoy en día, un gran número de los que por entonces fuimos niños traumatizados, arrastramos una extraña obsesión, una fijación que nos llena de euforia y tiene a nuestras parejas hasta las narices. Y si no os lo creéis, mirad el kit que la conocida marca de miniaturas de tren va a sacar al mercado en breve. Yo ya me lo he pedido en su web.
sábado, 2 de agosto de 2008
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