Le llega el turno a Erik Bont, alguien a quien le gusta fascinar a los eventuales observadores de su obra, un creador que afirma que si sus fotografías no generan emoción en el espectador es que no son buenas. Conmigo puede estar tranquilo, ha tenido éxito. Entre sus clientes se cuentan Max, GQ, Penthouse y K-Swiss.
miércoles, 13 de agosto de 2008
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