Vixen

Esta tarde la he dedicado –entre otras cosas- a ver Vixen, de Russ Meyer. Ya os he hablado de Supervixens y Up! –subtitulada Megavixens- las otras películas de este autor con temática parecida, pero me faltaban la primera y la última de esta prticular tetralogía. Lo dicho, hoy le ha tocado a la primera de la serie. Estrenada en 1968 y con Erica Gavin de protagonista, es –a mi juicio- de menor calidad que el resto de las que os he mencionado y por supuesto no le llega a la suela de los zapatos a la excelsa Faster pussycat! Kill! Kill! rodada tres años antes y de la que también os he dado cuenta hace poco tiempo.

Pero, a lo que iba amiguitos. La cinta nos cuenta la vida de Vixen Palmer, una bailarina que vive en las montañas de Canadá con su marido -quien pilota una avioneta y transporta turistas a los que les gusta pescar- y se folla a todo cuanto se mueve, sea hombre o mujer. Sumadle a eso una violación con un motorista negro como culpable y tendréis una infumable película que no he acabado de entender –la he visto en versión original norteamericana- y con total ausencia del humor que sí se puede encontrar en las siguientes de la serie. Y, por si fuera poco, la actuación –por decirlo de alguna manera- de la Gavin es patética. Entonces –diréis- es una deleznable obra del cine norteamericano ¿no?

Pues sí amiguitos, digamos que es deleznable, pero es una de las 400 películas más taquilleras de todos los tiempos en los States. ¿La razón?, simple pero comprensible. Es como cuando en los 70 muchos españolitos se trasladaban a Francia para ver películas de bajo presupuesto y menor interés artístico en las que lo único remarcable era que en tal o cual escena se veía un pecho, un pubis o una pareja fornicando. Cosas de la liberación sexual amiguitos.

En fin, un producto casposo únicamente interesante desde un punto de vista histórico. Después de perder el tiempo –por lo menos dura poco- con Vixen y disfrutar –con matices, claro- Supervixens y Megavixen, espero que Más allá del valle de las Ultravixens me deje mejor sabor de boca. Un día de estos os lo explicaré.