Antes de daros -y darme- un respiro ante tanto erotismo, dejadme que os hable del trabajo del fotógrafo Doug Wade, un tipo que vive en San Francisco y realiza fotografías de desnudos femeninos con la intención de que el observador de sus obras se acerque a estas con mentalidad Zen. Tonterías amiguitos, vana palabrería...
Como hecho remarcable –que no es característico únicamente de este autor pero que siempre me ha parecido algo a destacar-, deciros que sus modelos no son profesionales sino chicas normales y corrientes que Doug ha encontrado por la calle y que han accedido a posar para él. Y ahí radica la importancia del hecho piltrafillas, lo que me intriga.
Como hecho remarcable –que no es característico únicamente de este autor pero que siempre me ha parecido algo a destacar-, deciros que sus modelos no son profesionales sino chicas normales y corrientes que Doug ha encontrado por la calle y que han accedido a posar para él. Y ahí radica la importancia del hecho piltrafillas, lo que me intriga.
Porque... sí, uno puede ser un alumno aventajado de la academia de fotografía, pero ¿qué secreto don hay que poseer para pedirle a una desconocida que se desnude ante ti para ser inmortalizada... y que ésta consienta? Es vital, amiguitos,... I have to know it!
3 comentarios:
Cuando observo a una mujer denuda, inmortalizada por el ojo del artista, a veces tengo sensaciones Zen -asi se llama mi mp3- lo que normalmente ocurre, es que miro y remiro y entonces: ¡gñe!
Ja ja ja, le comprendo, el Zen se va a la mierda y aparece el Tigre de Malasia ¿no?
Grrrrr!
!Ya te digo tronko!
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