Pues, habiendo ya comentado por aquí Prequelle e Impera, me decido hoy por traeros el debut de los suecos Ghost. Opus Eponymous, contigo empezó todo. Y es que un buen día me encontré en YouTube con un vídeo de Ghost en directo, concretamente del tema Con Clavi con Dio con una intro con Masque Ball de Jocelyn Pook. Ese sonido y su imagen me tuvieron obsesionado hasta que me hice con su álbum, con portada a cargo de un tal Basilevs 254 claramente inspirada en el cartel de la serie El misterio de Salem’s Lot.
Ya lo dije en entradas anteriores dedicadas a la banda, pero no está de más recordar que Ghost es el retoño de Tobias Forge, cachondo y talentoso músico sueco que con el nombre de Mary Goore –espero que la mayoría pilléis el chiste– lideraba la banda death Repugnant. En 2008 graba varios temas junto a su compañero Gustaf Lindström con letras satánicas y un sonido entre el doom, el gótico y el heavy metal de toda la vida. Es entonces cuando decide fundar un grupo teatralizado, con miembros anónimos y una imagen impactante y crea el concepto que dos años más tarde cristalizaría en este Opus Eponymous que hoy os presento gracias al sello de Lee Dorrian, excomponente de Cathedral y Napalm Death.
Así, entre los Mayfire recording studios y el White Light studio de Linköping, Tobias graba voces, guitarras, bajo, teclados y percusión en el debut de Ghost, su nueva banda –con énfasis en lo de SU– ayudado por Lindström al bajo y por el batería de sesión Ludvig kennberg. A la producción encontramos a un tal Gene Walker, que no es otro que –lo habéis adivinado– el bueno de Tobias, quien se convertirá en Papa Emeritus y se rodeará de músicos encapuchados –los Nameless ghouls– para llevar a cabo sus actuaciones en directo, lo que le permitirá variar de músicos cuando le plazca o lo necesite, sin que eso afecte a la continuidad del grupo.
A
Deus Culpa
Con Clavi con Dio
Ritual
Elizabeth
Stand by Him
B
Satan Prayer
Death Knell
Prime Mover
Genesis
Comienza el disco con Deus Culpa, una intro con un órgano que bien podría inaugurar una misa negra
en la iglesia de la portada del álbum y que precede a
Con Clavi con Dio, un tema que me recuerda a unos
Mercyful Fate sin la voz aguda
de King Diamond, con una batería machacona y rápida, bajo y guitarras con mucho
fuzz, unos teclados terroríficos y unos coros de inspiración
gregoriana. Le sigue Ritual, que comienza con unos punteos limpios pero rápidamente se torna en un
tema de doom monolítico de atmósfera setentera en el que las armonías
vocales de Forge otorgan ese
contrapunto tan atractivo que en mi opinión caracteriza a Ghost. En
medio del tema, sin embargo, contiene uno de esos juegos vocales a lo
Diamond, algo que aún adquiere más protagonismo en la estupenda
Elizabeth, aunque de forma menos extrema que en el caso del vocalista de los
Fate, lo que junto a unas estupendas guitarras y unos teclados sutiles aportan
buena parte del atractivo de la banda, una especie de combo de
black metal –letras satánicas, el logo con la cruz invertida y
vocalista con esa especie de corpse paint– sin chillidos ni voces
guturales y con unas armonías preciosas. Finaliza la cara con la que en
realidad fue la simiente de Ghost, un jebimetal de toda la
vida aunque con unas guitarras con fuzz, unos teclados a lo
Hammond y un estribillo con coros pegadizos. Quizás uno estaba
cansado de escuchar siempre lo mismo, pero canciones como esta son sin duda
de las que han convertido a Ghost en lo que es y a mi en un fan
acérrimo.
La segunda cara se inicia con Satan Prayer, donde las voces para nada satánicas de Forge están arropadas por unas guitarras estupendas y sobre todo por unos teclados muy setenteros, es como un prog rock que resulta muy atractivo y a su vez incomodo al imaginarlo interpretado por un papa cadavérico y monjes encapuchados vestidos de negro. Envuelta en una atmósfera de tormenta, llega Death Knell, con el mismo sonido entre doom y gótico al que las voces casi siempre limpias de Forge –excepto cuando las viste de un poco de teatralidad kingdiamondiana– dan el contrapunto perfecto para sumir al oyente en el desasosiego, a lo que ayudan unas campanadas en medio del tema. Con una batería muy marcada y unas guitarras enérgicas –aunque con Papa Emeritus cantando con voz melodiosa– encontramos Prime Mover, otro heavy metal a lo Mercyful Fate. Y termina el disco con Genesis, una instrumental con mucha fuerza, de puro doom prog –con Ghost hay que ser creativo a la hora de poner etiquetas– y donde uno puede encontrar sonidos synth pop y hasta psicodelia con esa guitarra final que bien podría estar en un disco primerizo de Pink Floyd.
Total, que Ghost son un black metal estético que en realidad
mezclan en lo musical un metal oscuro, pesado y grueso de tintes setenteros
con un hard melódico e incluso poppy ochentero y una
producción y armonías vocales muy actuales, lo que en mi opinión dota a la
banda de esa frescura e indudable atractivo que han hecho que con cada obra
superen a la anterior, algo muy difícil en los tiempos que corren. Y este
Opus Eponymous fue la semilla inicial. A ver lo que les aguanta la estrella después de 15 años ya. De momento esta semana han lanzado el adelanto de su nuevo trabajo y resulta de lo más estimulante.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultánamente en ffvinilo.blogspot.com
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