Antes de nada os diré que no sé si fue un encargo –entre los productores estaba Miramax– o a Guy Ritchie le dio por homenajear a Tarantino, pero da la impresión de que la intención era hacer una versión british con el sello del de Knoxville. Sea como sea, el resultado no llega al nivel de lo rodado por el autor de Reservoir dogs o Pulp fiction, pero tampoco está tan mal como algunas críticas expresaron en su momento. Así pues, escrita y dirigida por Ritchie, esta The gentlemen de la que os hablaré hoy contó con la participación de Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Colin Farrell, Michelle Dockery y Hugh Grant. El argumento nos muestra al detective Fletcher explicándole a Raymond –lugarteniente de Mickey Pearson, capo y verdadero Señor de la marihuana en la Gran Bretaña– que ha sido contratado por Big Dave, poderoso editor de prensa, para desenmascarar a su jefe y acabar con su imperio de la droga. A cambio, Fletcher quiere dinero y que se ruede una película sobre el guión que ha escrito tomando como base todo cuanto ha descubierto de Pearson. Y así, entre flashbacks, vamos conociendo como Michael era un norteamericano pobre que fue becado en Oxford, donde estudió horticultura y acabó vendiendo marihuana a sus compañeros de clase alta. Después de varias décadas, nadie sabe cómo Mickey es capaz de cultivar 50 toneladas de marihuana al año sin que nadie haya descubierto las plantaciones. Lo que no imaginan las autoridades es que están en el subsuelo de fincas de aristócratas por todo el país, gente con muchos títulos pero a menudo poca liquidez que necesitan mucho dinero para mantener en pie unas propiedades ruinosas con las que vestir apariencias y estatus.
A la hora de llegar a su actual posición de Rey del cannabis, Mickey ha utilizado tanto inteligencia como violencia, pero en la actualidad, solo ama una cosa y es a su esposa Rosalind, dueña de un taller de reparación de coches de lujo que se relaciona con la mafia china. Así es como Dry eye consigue una reunión con Mickey, le cuenta que ha oído que quiere desprenderse de su imperio y le hace una oferta. Pero Pearson la rechaza ya que tiene intención de venderlo todo a Matthew, un multimillonario de Oklahoma, por 400 millones de libras. Pero entonces, unos ladrones aficionados –jóvenes problemáticos a los que Coach, un antiguo gángster, pretende redimir entrenándoles como boxeadores– cometen el error de saquear una de las granjas de Mickey. Total, que Guy Ritchie nos ofrece en esta The gentlemen un producto en el que hay muchos medios, buenos actores, largos diálogos que lastran en ocasiones la cinta, pocos disparos o acción, pero una trama inteligente y enrevesada que aunque ofrece pocas sorpresas, resulta suficientemente entretenida para convertir en interesante una película que, sin embargo, no sorprende ni impacta como los primeros títulos de esta especie de aspirante a Tarantino británico. Eso sí, tal como os he dicho –sobre todo si no pretendéis establecer comparaciones con otros títulos del realizador–, me parece bastante recomendable.
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