La reseña de hoy es para esta I vizi morbosi di una governante, una película italiana bastante aceptable que dirigió Filippo Walter Ratti bajo el pseudónimo Peter Rush y que cuenta con la participación, entre otros, de Corrado Gaipa, Roberto Zattini, Gaetano Russo, Giuseppe Colombo, Isabelle Marchali, Annie Carol Edel o Adler Gray. La historia que nos cuenta es la de Ileana, hija del Barón de Chablais, que regresa a la mansión familiar después de un viaje por Asia. Y lo hace invitando a unos amigos a pasar el fin de semana en su casa, algo que a su padre –postrado en una silla de ruedas y aquejado de cierta demencia– no le hace demasiada gracia. Hay que decir que la joven no sabe que en uno de los jarrones que ha traído de Hong Kong para el Barón, un amante del arte asiatico, hay un paquete de droga de contrabando para su amigo Bobby. Por otra parte, en la casa, además del servicio y del médico personal del Barón, reside oculto al mundo Leandro, el hermano pequeño de Ileana, que sufre una enfermedad mental y se dedica a disecar animales en una estancia en los pasadizos subterráneos de la mansion. La primera noche, después de tener sexo con Pierluigi, Elsa es asesinada y sus ojos son extraídos por alguien que es especiamente ducho en el uso del escalpelo.
Todo lo visto apunta claramente al hermano siniestro de Ileana... o a un médico. Pero no puede ser que parezca todo tan obvio. En este punto adquiere protagonismo el inspector de policía, que sospecha que el grupo de hombres y mujeres que estaban en la casa la noche del asesinato esconde algo, aunque no sabe el qué ni cual de ellos ha podido matar a la pobre Elsa. Luego está la subtrama protagonizada por Pierluigi La Rocca y su deuda. Pero en I vizi morbosi di una governante –por cierto, un título que ayuda poco a mantener el misterio de la trama– todo está hilvanado para engañar al espectador. La realidad es mucho más prosaica y simplona. En fin, algunas imágenes de erotismo light, una fotografía más que aceptable y la destacada interpretación con cierta socarronería de Corrado Gaipa como inspector de policía se unen y brillan en este giallo detectivesco que, sin ser nada del otro mundo, resulta muy entretenido y recomendable.
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