Pues nada, que ya estoy un año más con la tontería esta –dicho sea con todo el cariño– de los mejores o los más interesantes o los más simpáticos –qué sé yo– discos del año, que en mi caso me sirve a la hora de escribir estas líneas para escuchar juntos todos los álbumes que a lo largo de 2020 se han ido editando y por una razón u otra me han parecido destacables. También os he de decir que por culpa de los confinamientos a los que la pandemia de COVID-19 nos ha abocado, este año he –en realidad creo no equivocarme si digo hemos– escuchado más música que nunca. Y eso que a lo largo de mi vida, la música ha sido y es parte más que importante de mi día a día. Pero lo de este 2020 es insuperable. Desde el mes de marzo, ha habido semanas en las que el número de álbumes escuchados se ha acercado al centenar... y estamos en diciembre, con que echad cuentas. También es cierto que la inmensa mayoría de discos han sido de años anteriores, sobre todo de los 80 y los 70. Pero este año nos ha dejado muchas obras de lo más recomendable. A algunas las descubriré en el futuro por casualidad, como muchas cosas buenas de esta vida,, otras me las daréis a conocer en vuestras listas –porque espero que también os animéis a publicar la listita de marras– y a unas cuantas os las comentaré ahora. Así que me pongo en harina y os hago mi repaso del 2020 en música, al menos de lo que recuerde. Seguramente no están todos los que son... pero son todos los que están.
John Bush y compañía han creado un disco potente, cañero y –aunque parezca
un tópico– muy fresco. Temas como End of the attention span, Lone wolf o
Missile to gun le hacen olvidar a uno que estamos ante una banda a la que le
falta poco para cumplir cuarenta años de existencia.
Y si la banda anterior está a punto de cumplir cuatro décadas de carretera,
el vocalista de esta tiene un pie en los setenta años... y tan fresco, al
menos en estudio. El gran Robin McAuley está inmenso, igual que Reb Beach a
las guitarras en este proyecto para Frontiers liderado por Jeff Pilson, otro
músico que no necesita presentación. Una sorpresa de disco y una delicia en
la que destacaría Big disaster, Johnny came marching o el tema
título.
Total, que los Saint harán cuarenta años, McAuley tiene casi setenta... y
los Cirith Ungol van camino de los cincuenta sobre los escenarios. Y es que
poca modernidad encontraréis en esta lista. Quizás sea pereza por descubrir
cosas nuevas o que ya no hay tantas bandas de calidad como antaño, pero debo
admitir que uno está anclado en el pasado y –salvo algunas pinceladas de
actualidad– acostumbran a captar mi atención novedades que son regresos,
como este interesantísimo trabajo que me sorprendió porque no esperaba
encontrarme con ese sonido y calidad cuando inicié su escucha por primera
vez, sobre todo en las guitarras. Escuchad Legions arise, The fire divine o
Nightmare y ya me diréis. Recomendable totalmente.
Si hace un par de años ya me sorprendió con su Egomanía, el exvocalista de
Turbonegro ha vuelto a captar mi atención con este álbum, menos sorprendente
que su predecesor y algo irregular, con esa mezcla de hard-pop y pop-metal,
que de todas formas pone de manifiesto que este tipo ha decidido hacer lo
que le viene en gana sin corsés estilísticos. A destacar Dead, Danger
Danger!, Disco o Velvet hell.
Otros que regresan son estos thrashers que no habían puesto un álbum en las
tiendas desde hacía más de una década, y lo hacen con un disco que guarda la
energía y esencia de ese Bay Area old style sound, aunque con una
producción actual. En The blight, la batería de Jim DeMaria es machacadora y
las guitarras de Altus y Lum suenan alucinantes, pero la calidad y la fuerza
siguen en temas como Dead and gone o In black y en todo el disco en general.
Una sorpresa.
Por contra, no hay sorpresas en el caso de estos suecos que en su disco de este año
siguen la estela de su anterior trabajo aunque más setentero si cabe. En
realidad, Lucifer ya se ha convertido en el proyecto de Johanna Sadonis y
Nicke Andersson y aunque mezclan estupendamente el doom con el hard rock, la
verdad es que con los años han perdido oscuridad y han ganado algo de
alegría, lo que les hace muy amenos de escuchar. Mis preferidas del disco
son Midnight phantom, Pacific blues y Flanked by snakes, aunque dependiendo
de mi estado de ánimo las cambio por otras.
Debo admitir que hasta este año no tenía ni idea de la existencia de estos
suecos pero el disco que han sacado este año me parece una pasada, es un
álbum aplastante que los amantes del black metal no os podéis perder.
Temazos como Darkness be my guide –con ese bombo estratosférico– y su intro
Aphelion, Mirror black, el tema título o The return of a long lost soul me
dan la razón.
Otro album elegante de los suecos, en su linea. Y aunque creo que no supera
a sus dos predecesores, sigue su estela. Además, no puedo negar que el
sonido de la banda me tiene enamorado desde que los descubrí con su Skyline
whispers de 2015. Una joyita de disco-metal en la que destacaría Servants of
the air, If tonight is our only chance, Transmissions, Carmencita seven o
Dead of winter. Eso sí, sigo sin entender por qué no incluyeron en el álbum
la estupenda Satellite, su single de adelanto.
Lo admito. Desde la muerte de Lemmy, no había escuchado nada del pobre Phil
Campbell, y digo pobre por haber perdido a Würzel, Phil y Lemmy, sus amigos
y compañeros de banda durante años. Con las pintas que llevaba, me imaginaba
a un rockero maduro en horas bajas juntándose con sus niños para seguir
manteniendo viva la llama, pero tocando folk rock y cosas así, vamos, nada
interesante por lo que a su primer disco no le hice puto caso. Pura
ignorancia, amigos. Aun así, sentí curiosidad por escuchar este nuevo disco
¡y es una puta pasada! Joder con el casi sexagenario, está en plena forma y
ha sacado uno de los mejores discos de hard rock del año. El tema título,
Son of a gun, Hate machine, Animals o Waves dan fe de ello.
Stryper - Even the devil believes
Por poco los dejo fuera, se me habían olvidado por completo y hubiese sido una injusticia porque en cuanto lo escuché me gustó muchísimo más que su anterior God damn evil. Es otro de esos álbumes en los que todos los temas son recomendables y en el que destaca un Michael Sweet hiperproductivo llevando en paralelo su carrera en solitario con la de la banda, un vocalista excelente que nunca fue valorado como guitarrista y es estupendo también con las seis cuerdas.
Skolnik y compañía han editado este año un álbum de thrash old style
apabullante, con el sonido de siempre y un Steve DiGiorgio impresionante.
Aquí no hay temas que destaquen sobre los otros, todos forman parte del regalo –por cierto,
¿soy el único al que Night of the witch le recuerda a Kreator?–, un disco
que es toda una vuelta al pasado, un viaje atrás en el tiempo con un disco
imprescindible de principio a fin, de pe a pa y de cabo a rabo. No hay
más.
Este año me han sorprendido con su regreso después de casi una década estos
tipos provenientes de la NWOBHM. Cada vez aparecen más bandas recreando el
espíritu del metal ochentero, pero quién las necesita cuando aún tenemos en
activo dinosaurios como estos. En resumen, un estupendo disco sin grandes
temas a destacar pero que en conjunto resulta una ventana a sentimientos del
pasado, que a las nuevas generaciones quizás no diga nada pero que a
rockeros cincuentones como el menda tiene que ponernos una sonrisa en la
cara por fuerza.
Y la mención especial va para un disco que no es un regreso, porque no se habían ido, pero tampoco tengo claro de que sea un renacimiento sino más bien un canto del cisne. El tiempo dirá. Me refiero, claro está, a AD/DC y su Power up, un disco muy disfrutable que me huele a despedida y que nos ofrece pocas sorpresas. Son Angus, Brian, Cliff, Phil... lo de siempre, nada nuevo, nada impactante... aunque mucho mejor en conjunto que el ultimo y todo un homenaje a Malcolm. Sólo por eso tampoco puede faltar en la lista.
Bonus:
Ya tenía escrita la entrada cuando los de Gelsenkirchen van y sacan otro discazo. Evidentemente, a estas alturas aún no lo tengo tan escuchado como al resto... pero con temas como Sodom & Gomorrah, Genesis XIX, Glock'n'Roll, Indoctrination o The Harpooner no puede faltar en esta lista.
En fin, piltrafillas, que este último mes os sea leve.
1 comentario:
Pues coincidimos en algunos, máster, aunque (eso sí) mi lista será algo más larga (y quizá algo menos juguetona, jaja). Se le saluda.
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