Amiguitos, os traigo hoy una película rara pero muy recomendable en mi opinión, ni más ni menos que Barba azul, una adaptación libre del cuento de Charles Perrault que protagonizó un Richard Burton totalmente alcoholizado que además aborrecía a Joey Heatherton, la coprotagonista de la cinta en la que también aparecían –más o menos minutos– bellezas de la talla de Virna Lisi, Agostina Belli, Raquel Welch, Nathalie Delon, Marilú Toló, Sybill Danning o Karin Schubert. Dirigida por Edward Dmytryk –el realizador de la excepcional El motín del Caine, entre muchas otras– y con música de Ennio Morricone, la película también goza de una llamativa fotografía de vivos colores a cargo del húngaro Gábor Pogány.
El argumento nos cuenta la historia del Barón Von Sepper, un aristócrata austríaco y piloto de aviación veterano de la I Guerra Mundial que se casa por octava vez, en esta ocasión con Anne, una joven norteamericana que un día descubre horrorizada en una estancia oculta del castillo del Barón los cuerpos sin vida de sus predecesoras. Para evitar convertirse en el siguiente cadáver, Anne le pide a su marido que le explique lo que ocurrió con todas esas mujeres con objeto de ganar tiempo.
Mezcla de película de terror con un inicio que nos trae ecos de Psicosis con pinceladas de denuncia del nazismo y una segunda parte de pura sexploitation softcore, el resultado es un batiburrillo extraño que sin embargo resulta atractivo por su mencionada componente estética y visual, la presencia de un Burton algo errático con un macarrónico acento germánico y el desfile de féminas que prestaron unos minutos de su vida –se supone que por un sueldo aceptable– al productor de la cinta, a veces incluso lesionadas, caso de Raquel Welch que actuó con el brazo roto. En fin, una obra menor para todos los involucrados que aún así os recomiendo como una entretenida, pequeña, bastante inclasificable y casi desconocida joya (de bisutería) del cine de los 70.
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