El último día en Bélgica lo dedicamos a visitar la bonita localidad de Gent. Por suerte, el tiempo nos dio un nuevo respiro y la mañana comenzó soleada aunque de nuevo el cielo se llenaría de nubes conforme avanzaban las horas del domingo. Al menos pudimos pasear agradablemente y regresar a Bruselas –después de dar cuenta de unos mejillones al Chardonnay y una fondue de carnes– sin tenernos que mojar como en los días precedentes.
El resto de la tarde, de regreso en Bruselas, lo dedicamos a comprar bombones para la familia y tras cenar en el Green Mango de Saint-Gilles unas estupendas hamburguesas y tomarnos unas Jupiler viendo la primera parte del “clásico” en un bar de la zona, dimos por finalizado el fin de semana de aniversario que he compartido con vosotros.
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