jueves, 16 de agosto de 2018

Praha, druhá část


Amiguitos, salvo algún momento puntual en el que descargó sobre la ciudad una tormenta estival –tan intensa como breve–, el tiempo de estos días, tanto en Praga como en Budapest, se ha caracterizado por el sol y las temperaturas elevadas. Y ya sé que hay que beber mucha agua y que el alcohol deshidrata, pero la verdad es que en una ciudad como esta se hace difícil no disfrutar de la cerveza a todas horas. Staropramen, Pilsner Urquell, Krušovice, Bernard –de estas últimas, también sus negras– o Lobkowicz, no os miento si os digo que no he bajado de los dos litros y medio diarios. 


Y prosiguiendo con las fotografías del día, la bonita rotonda del encuentro de la Santa Cruz da inicio al paseo vespertino que nos llevó a orillas del Moldava, al Puente de Carlos y su entrada en la Malá Strana –entre este puente y el Mánesův me encontré con Piss, otra polémica obra de Černý–, al Teatro Nacional y a la Casa Danzante de Frank Gehry. De regreso al centro aún tuve ocasión de encontrarme con otra escultura de Černý –esta vez dedicada a Franz Kafka– antes de inmortalizar una preciosa puesta de sol y poner fin al primer día en la capital checa.

Parte 1

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