El último día en Budapest comenzó en la impresionante Basílica de San Esteban, lo que –junto a la visita a la Gran Sinagoga y un nuevo y exhaustivo paseo por el Barrio Judío– nos ocupó la práctica totalidad de la mañana. En la primera visita, asombra la magnitud del templo –dedicado al primer rey de Hungría– y los materiales utilizados para ornamentar el que es el edificio religioso más grande del país.
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