domingo, 26 de agosto de 2018

Fair game (1986)


La reseña de este domingo es para Fair game, una cinta australiana del género rape & revenge –aunque no queda claro si hay una violación, lo cierto es que se da un caso de abuso físico– de lo más recomendable. La verdad es que nunca había oído hablar ni de ella, ni de su director ni de su protagonista, pero el otro día llegó a mi vía Twitter y me entró el gusanillo. Dirigida por Mario Andreacchio y protagonizada por Cassandra Delaney, nos cuenta como la joven dueña de un santuario para animales medio perdido en pleno desierto australiano se enfrenta a unos cazadores de canguros que decidirán divertirse a costa de acosarla. Mala decisión, amiguitos. La película comienza de una manera que remite indudablemente a Mad Max aunque en realidad sólo es porque hay algo parecido a una persecución con un coche tuneado en el que viaja un zoquete sin demasiadas luces por una carretera polvorienta del desierto. Pero poco más hay de eso. 


A partir de ahí, Fair game se convierte más en una cinta de cacerías humanas mezclada con un típico argumento de rape & revenge después de que tres mastuerzos aten a la protagonista al radiador de su todoterreno, la dejen en topless –no queda claro si la violan– y destruyan su hogar para animales heridos. A destacar el montaje y la fotografía –además del carisma de la Delaney–, aunque debemos aceptar que por muy atractivo que nos parezca el producto final, el guión falla por inverosímil. La chica está sola en el desierto, y pese al calor y las alimañas se empeña en vestir shorts, no tiene armas para defenderse, se enfrenta a tres tipos armados, fuertes y grandes... en fin, lo típico que haría cualquiera que desea mantenerse con vida en un entorno hostil. Pese a todo, muy entretenida y una buena muestra de lo que se ha dado en llamar ozploitation.

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