domingo, 6 de septiembre de 2015

Fiberfab


Piltrafillas, la marca que hoy os presento no es precisamente ni la responsable de coches que hayan sido un prodigio de la ingeniería ni es conocida por haber creado elegantes automóviles de estilizadas líneas. Así pues, ¿a qué viene hablar de ella? Veréis. Hace años, cuando de adolescente me compraba revistas de coches, descubrí que en Estados Unidos, Alemania o Gran Bretaña existía pasión por los kit-car, coches que uno podía montarse como si se tratase de una mesa de IKEA
Así pues, me he decidido a dedicarle un espacio a una de las empresas que se dedicaban a la fabricación y comercialización de este tipo de automóviles porque considero que son algo así como la democratización de los deportivos de alta gama, una oportunidad para el proletario de sentirse millonarios, aunque sea a costa de que –cuando tus vecinos te vean con uno de ellos– todo el mundo sepa que no puedes permitirte un bólido “de los de verdad”. 

Por todo ello, es el momento de hablaros de Fiberfab, la empresa creada a mediados de los años 60 en Los Angeles por el antiguo corredor de carreras Warren Goodwin. Después de pasar un tiempo construyendo piezas para modificar carrocerías de Ford Mustang, Goodwin trasladó la producción a Santa Clara y se inició en la fabricación de kit-cars con el Aztec, el Avenger –una réplica del GT40– o el Jamaican. Por cierto, el nombre de este último no tenía nada que ver con la isla caribeña sino con el de Jamaica, la joven segunda esposa de Warren a la que mató de un disparo, delito por el cual fue encarcelado. Algunos años después de la muerte del fundador de Fiberfab –falleció en prisión a causa de un ataque cardíaco el día de San Esteban de 1968–, los responsables de la marca lanzaron el Aztec 7, una réplica del concepto Bertone Carabo que el carrocero turinés realizó para Alfa Romeo y nunca entró en producción. Este nuevo kit-car que montaba un motor Volkswagen se convertiría en el más popular de la marca de Santa Clara. Os adjunto algunas imágenes del Aztec, el Jamaican, el Avenger o el Aztec 7


Así es, amiguitos, técnicamente eran Austin, MG o Volkswagen bajo carrocerías de fibra de vidrio imitando las líneas de bonitos deportivos, pero daban el pego y eran mucho más baratos.

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