domingo, 7 de junio de 2015

Ex.Machina


Y ya que estoy con la inteligencia artificial, seguiré con una reseña dedicada a una película del mismo tema. Eso sí, en lugar de un producto mainstream palomitero y simpático, os quiero hablar de Ex.Machina, una cinta algo más reflexiva e inquietante. Escrita y dirigida por el guionista y novelista Alex Garland, en su debut tras la cámara nos cuenta la historia del joven Caleb, programador de alto nivel empleado en Bluebook –el buscador más utilizado del mundo– que gana un premio que consiste en pasar unos días en la mansión de Nathan Bateman, el multimillonario e inteligente dueño de la compañía. El verdadero objetivo del aparente sorteo no es otro que el evaluar a AVA –casualmente, una combinación de las iniciales de Alicia Amanda Vikander, la actriz que representa el personaje–, la última creación de Nathan, un robot con apariencia femenina dotado de inteligencia artificial avanzada. Parte del éxito del proyecto radica en que el software no reside en el robot, sino en los ordenadores y smartphones de los usuarios de Bluebook que con sus cámaras, micrófonos y registros de búsqueda, graban cada expresión facial, cada mensaje, sentimiento o expresión del género humano de diferentes países, edades o condición social... todo ello conectado directamente a AVA. 


Piltrafillas, la verdad es que lo que se nos cuenta en Ex.Machina es bastante perturbador. No hace falta tener la inteligencia de un Larry Page para establecer un paralelismo entre Bluebook y Google, por ejemplo. Y, bueno, quizás esa conexión mundial de usuarios con una forma parecida a AVA nos parezca descabellada –lo cierto es que a mi no me parece tan irrealizable, no creáis– pero no olvidéis que, hace apenas un siglo o poco más, muchas de las cosas que hoy nos parecen normales, cosas como automóviles eléctricos, aviones supersónicos, navíos submarinos, estaciones espaciales, cohetes, televisión por cable, telefonía por satélite u otras a las que incluso ni les prestamos atención, entonces eran pura ciencia ficción. Así pues, ¿en serio pensáis que los avances en inteligencia artificial son sólo cosas del cine y las novelas?, ¿sabemos dónde acaban nuestros historiales de búsqueda?, ¿son Skynet o Matrix meras distopías de ciencia ficción, o la humanidad se dirige irremisiblemente hacia ese punto de la evolución en el que habrá creado a su destructor? Ya véis que no estamos ante una simple película de evasión, aunque –no temáis– resulta muy entretenida. En resumen, una cinta recomendable que nos hace reflexionar sobre nuestro futuro.

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