Le toca ahora al canadiense Steve Richard, un fotógrafo y realizador enamorado del cuerpo humano, la luz y el movimiento, autor de las preciosas instantáneas que os acompaño. Sin embargo, los veinticinco años que lleva dedicado a su pasión no han sido contínuos. En el marco de una relación de amor y odio con la fotografía, en estos años Steve ha abandonado la cámara para dedicarse –por ejemplo– a la ingeniería de sonido en un estudio de grabación o al diseño de redes de fibra óptica. En la actualidad, la plasticidad de la danza centra su interés como fotógrafo.
sábado, 16 de mayo de 2015
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