Piltrafillas, los que me sigáis habitualmente en este blog o a través de Twitter ya sabréis que el pasado fin de semana lo dediqué a visitar Roma. Así pues, no os extrañará que durante varios días os ofrezca algunas de las instantáneas que tuve a bien tomar durante mi estancia en la capital italiana. He querido titular a la serie Roma, strade sicure, que es el nombre de la operación militar en virtud de la cual el ejército ha desplegado numerosos efectivos repartidos por todos los rincones de la ciudad. Eso, sumado a las numerosas unidades de Polizia y Carabinieri, convierte a Roma en la ciudad con mayor presencia de autoridad armada en las calles de todas cuantas he visitado. En fin, amiguitos ¿qué queréis que os cuente? Roma es una ciudad sucia, lo que no está viejo, está en obras y el resto son ruinas. Sin embargo, inexplicablemente, el encanto especial que envuelve sus calles y el carácter abierto, amable y alejado del estereotipo del italiano gritón de las personas con las que he tratado, han convertido la experiencia en unos fantásticos e inolvidables días. Así, doy comienzo a mi serie de fotografías con la fachada de mi hotel –sí, la estampa es descorazonadora pero la realidad fue de lo más agradable–, la basílica de Santa Maria Maggiore, la Via Cavour en dirección al Colosseo, el mismo Colosseo, el Arco di Constantino y algunas tomas de los restos del Forum, como el Arco di Tito.
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