domingo, 16 de febrero de 2014

Zellwood


Mi primera reseña de hoy es para Zellwood –también conocida como Deadly weekend-, un slasher escrito y dirigido por un tal Jason Sutton, rodado directamente para su estreno en el mercado del DVD que no tiene mayor aliciente que el dúo de protagonistas femeninas, la artificial conejita de Playboy Sara Jean Underwood -joven de Oregon que en 2006 fue Playmate del mes y en 2007 se convirtió en Playmate del año- y la guapa y más natural Patricia Rosales, una modelo de Miami natural de Cuba. La historia que nos cuenta esta basura –porque no merece calificarse de otra manera- es la del fin de semana que dos parejas pasan juntas acampados cerca de Zellwood –localidad del condado de Orange, Florida- con motivo de la próxima separación de Matt y Ryan, amigos desde que estaban en el instituto. Cada uno se marchará con su respectiva pareja a comenzar una nueva vida y se trata de la última oportunidad de disfrutar de unos días juntos antes de despedirse quizás para siempre. Sin embargo, cuando los celos salgan a la luz, lo que debían ser unos días en los que reinase la amistad se convertirán en un fin de semana de pesadilla. Resulta que Katie –novia de Matt- y Ryan habían ido al mismo instituto, algo que nunca han mantenido en secreto... exceptuando el detalle de que una vez acabaron en la cama. Además, Ryan escogió ese lugar de acampada por recomendación de un tipo que organiza paseos en hovercraft por el pantano, un hombre entrañable que vive con sus dos hijas adolescentes y que –pese a las apariencias- algo nos dice que no es lo que parecen. 


Piltrafillas, debo ser sincero con vosotros: Zellwood es una gran patraña. Es decir, que un slasher que no se estrena en salas comerciales, protagonizado –es un decir, una piedra interpreta mejor que esta chica- por una Playmate con cara de mema y dirigido por un tipo cuya experiencia en la industria del cine es como operador de grúa, ya nos anuncia que no se trata precisamente de una cinta que vaya a ser seleccionada para la Berlinale. Sin embargo, tampoco hacía falta engañar al personal. Me explico. La película comienza con un par de chicas desnudas seduciendo a un desgraciado al que atan a una cama. Entonces, la morena –también hay una rubia, como en la Verbena de la Paloma- deja inconsciente a su compañera y le corta el pene al tipo con una cizalla. En realidad se trata de una película de terror que está viendo una de las parejas protagonistas de Zellwood, lo que parece anunciarnos gore y tetas, es decir, el paradigma de la serie Z. Pero nada más lejos de la realidad. Que la protagonista sea Sara Jean Underwood es un burdo reclamo que debería calificarse como delito –a Gracita Morales en cualquiera de sus películas se le veía más carne que a la Underwood en esta- y en lo relativo a la sangre, exceptuando una breve escenita muy mal rodada casi al final de la película, esta brilla por su ausencia. Total, mal contada, mal interpretada, sin sangre, sin sexo... sin substancia en definitiva. Lo dicho, una mentira con mayúsculas. Pero ¡si incluso escriben mal el nombre de Patricia en los créditos finales! Y eso que este fin de semana necesitaba evadirme del estrés sufrido el sábado. 

Os adjunto sendas imágenes de la pareja femenina protagonista, pero tened en cuenta que lo que muestran estas fotografías es muchísimo más de lo que se puede ver en la película.

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