Sexo, colores chillones e imaginería infantil. Me encanta. Se trata del trabajo del pintor australiano Ben Frost, un autor que –según la crítica tan predispuesta a dar explicaciones pseudo-filosóficas del trabajo de los artistas- se dedica a explorar la alienación y perversidad que subyace tras la fachada de la sociedad actual. Sus pinturas han sido expuestas en su país, así como en Europa, Japón y los Estados Unidos y su trabajo se ha podido encontrar en las páginas de Harper’s Bazaar, RMX, HQ o Eyeline entre otras publicaciones, en su mayoría de Australia.
jueves, 21 de agosto de 2008
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