La historia de Saverio Truglia es la de un chiquillo que friega platos en el restaurante de su padre al borde del mar decorado con motivos de piratas y dedica los veranos a enrolarse en un barco de pesca que faena en el Atlántico Norte. Tras otro periodo como mecánico y piloto de motos de carrera, se matricula en una escuela de Arte. Estamos a finales de los 90 cuando Severio ya ha obtenido el reconocimiento de los críticos –y mi aplauso- dedicándose a trabajar en infinidad de campañas publicitarias. Ah, y dicen que cocina el halibut como nadie.
sábado, 16 de agosto de 2008
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