Amiguitos, sé que os sonará raro pero no he podido dejar de incluir en esta galería trufada de escenas eróticas a Isabel Guerra, la “monja pintora”. Ya lo sé, no pega mucho esta madre o hermana de clausura al lado de ciertas escenas de fetichismo, pero lo cierto es que el trabajo de esta mujer que cada dos o tres años abandona el monasterio de Santa Lucía, en Zaragoza, para llevar sus cuadros a Madrid merece constar junto al de otros artistas de igual valía. ¿No lo creéis así?
Sus obras contienen un mensaje de esperanza y belleza que contrapone a un mundo del que está convencida que no le puede gustar a nadie. Ah piltrafillas, y que sea monja no significa que sea tonta. Vende absolutamente toda su producción y, hace cuatro años, los precios ya alcanzaban los 9.000 euros en algunos casos.
Sus obras contienen un mensaje de esperanza y belleza que contrapone a un mundo del que está convencida que no le puede gustar a nadie. Ah piltrafillas, y que sea monja no significa que sea tonta. Vende absolutamente toda su producción y, hace cuatro años, los precios ya alcanzaban los 9.000 euros en algunos casos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario