martes, 19 de agosto de 2008

Rene Morel


Amiguitos, no recuerdo si en alguna ocasión os he expresado mis ideas en lo que concierne a la ilustración en 3D asistida por ordenador. Es difícil para mi valorar los resultados de un trabajo que siempre es arduo pero que, a mi modo de ver, no siempre da los frutos deseados. A ver si me explico. Una fotografía es una fotografía, o sea, es la realidad. Puede tener mayor o menor grado de manipulación posterior, pero es un trozo de realidad inmortalizado. Una pintura es eso, una pintura, la interpretación utilizando pigmentos varios de lo que el ojo del artista ve. Y se nota que es eso, aunque a veces –caso de los maestros hiperrealistas- cuesta darse cuenta.

El caso de la ilustración en 3D es diferente. Se trata de una especie de unión de realidad y ficción. Muchas veces es como si el artista quisiera crear algo real –los programas y ordenadores de hoy en día permiten acercarse bastante a ese concepto- con herramientas que ni tan solo son tangibles, como lo son los óleos o las acuarelas. ¿Y qué pasa?, pues que el resultado –pretendiendo ser tan perfecto-, cuando se ve poco natural, aún siendo destacable o teniendo muchas horas de trabajo detrás, se me antoja imperfecto. Por ello distingo a los artistas que utilizan este medio entre los que realizan ilustraciones pictóricas –es decir, que lo que se ve ya se nota que no es real y debe valorarse según criterios de creatividad, color o composición- y los que construyen imágenes hiperrealistas, que creo que deben valorarse según otros parámetros.

Entre los segundos he conocido el trabajo del canadiense Rene Morel. Utiliza para modelar sus personajes un programa llamado Maya –los que se muevan en este mundillo sabrán de qué hablo, yo no había oído hablar nunca de él- y el PhotoShop para crear las texturas que proyecta sobre unas figuras que se componen de entre 15.000 y 20.000 polígonos. Rene parte siempre desde cero, llevándole a veces más de dos semanas el modelar únicamente una cabeza. Pues bien, todo ello no tendría apenas valor artístico para mi si no fuese por que el resultado es el que podéis observar. Rene Morel pretende que sus creaciones sean, naturales, orgánicas... y no me diréis que esta cabeza no parece humana. Ahí está el mérito desde mi humilde punto de vista.

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