Ahora os hablaré de Konstantin Dahlem, de El Cairo, aunque se trasladó de pequeño a Alemania con sus padres. Siendo adolescente decidió iniciar una carrera como músico –sonido Hendrix, para que os hagáis una idea- en Berlín. No tuvo mucho éxito que digamos, pero se lo pasó de miedo. Tantos fueron los excesos que retornó a casa de sus padres tres años después algo tocado de la salud. Posteriormente cambió de estilo, pero nada. Y no fue hasta que aprendió a usar una cámara que se dio cuenta de que aquello le llenaba más que la música. Ahora, después de años trabajando en publicidad y para agencias de modelos, cultiva el retrato y los desnudos. Konstantin afirma que no hay diferencia entre una fotografía de moda y una erótica, que lo importante es sencillamente que el resultado sea bueno. Amiguitos, yo estoy de acuerdo con él.
sábado, 16 de agosto de 2008
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