domingo, 2 de marzo de 2014

12 años de esclavitud


Y después de varias sesiones de cine familiar en las que al único al que le gustaron las películas programadas fue al menda, este fin de semana se imponía dejar escoger a mi esposa. Así que mi segunda reseña del día va para la norteamericana 12 años de esclavitud, dirigida por Steve McQueen y protagonizada por Chiwitel Ejiofor y Michael Fassbender. En papeles pequeños también encontraréis a Paul Giamatti y a Brad Pitt –uno de los productores de la cinta-, que se reservó un personaje decisivo aunque de breve aparición. El argumento se basa en la autobiografía de Solomon Northup, un culto intérprete de violín de raza negra que vivía libremente con su familia en Nueva York hasta que fue secuestrado y vendido como esclavo en el sur de los Estados Unidos. La película nos cuenta su calvario desde ese momento hasta su liberación, doce años más tarde. 


La verdad es que 12 años de esclavitud no es mucho más que una historia de esclavos en las plantaciones de algodón y caña del sur del país a finales del siglo XIX sin tomar partido ante el problema, mostrándolo como algo natural en la sociedad del momento, humanizando incluso a algunos de los dueños de las plantaciones o mostrando a esclavos felices con su condición. En ese aspecto, arriesga poco. Tampoco me ha gustado que se otorgue tanto protagonismo a la condición del tal Solomon como hombre libre y con educación. Creo que merece la misma o menos compasión que el resto de seres humanos –sin su formación- que eran tratados como mercancía con la misma o peor consideración que un animal. En resumen, 12 años de esclavitud es –pese a sus defectos- una historia que no por conocida deja de ser interesante, con una bonita fotografía y una acertada y emocionante música de Hans Zimmer, que se sustenta en los trabajos de Ejiofor –muy creíble- y de Fassbender, uno más de los amos para los que trabaja Solomon a lo largo de los años, pero el que por su crueldad se nos hace más odioso.

Dinosaur island


Inicio el apartado cinematográfico de hoy con Dinosaur island, una cinta de mediados de los 90 producida y dirigida por Fred Olen Ray y Jim Wynorski con el apoyo ejecutivo del mítico Roger Corman. La historia que nos cuenta esta entretenida película de serie B es la del capitán Jason Briggs, del ejército de los Estados Unidos, quien sufre un accidente de avión mientras cruzaba el Pacífico con cuatro soldados y un sargento y se ven todos tirados en una isla que no aparece en los mapas. No tardarán en saber que en ese lugar paradisíaco, además de varios dinosaurios, vive una tribu de mujeres de las cavernas comandada por la Reina Morganna que viven atemorizadas ante una especie de Tyranosaurus Rex al que llaman The Great One y al que regularmente ofrecen el sacrificio de vírgenes. Cuando nuestros amigos son confundidos con dioses por las alegres chicas –el soldado Skeemer lleva una marca profética en el brazo, en concreto una carita sonriente-, Morganna les da a escoger entre destruir a la bestia o morir. De momento, el grupo –que poco tiene que ver con el destacamento que debe enfrentarse a Predator en la cinta de John McTiernan, por ejemplo- sufre un par de bajas rapidamente, por lo que la misión recae en manos del capitán y tres de sus hombres. 


Amiguitos, como podéis imaginar, las mujeres de esa tribu perdida en medio del océano que –inexplicablemente- hablan inglés y son sexualmente desinhibidas acabarán enamorándose de los tres soldados, que vencerán al dinosaurio y vivirán felices con ellas. Poco más se puede contar de esta simpática Dinosaur island, con efectos visuales de vergüenza ajena –los de Harryhausen eran mucho más creíbles, con eso os lo digo todo-, varias escenas softcore y la encomiable voluntad de hacernos pasar una rato agradable con el cerebro en modo Off. En el reparto encontramos a varias reinas de la serie B como Antonia Dorian, Griffin Drew –preciosa-, Michelle Bauer o Toni Naples como la pechugona Queen Morganna. La típica película para Piltrafillas, vamos.

Escapada a Andorra


Como ya sabéis los seguidores más fieles, ayer fue mi aniversario de boda por lo que decidimos salir a pasar el día en familia. Nuestra primera parada fue en Cardona, población de la comarca del Bages por la que paseamos disfrutando de sus rincones y de una mañana fría aunque soleada. Aprovechamos también para desayunar, lo que en mi caso supuso –la dieta a la mierda, un día es un día- un bocadillo de botifarra y una cervecita. 
Posteriormente nos trasladamos hasta Andorra, en donde me zampé unos calçots –cosas de la globalización gastronómica, del Alt Camp a los Pirineos- con romesco y un filete de ternera con verduritas y patatas rematado por un coulant de chocolate con helado de vainilla y un cafelito, como un señor. Luego, a caminar por las calles de la capital para bajar la comida hasta la hora de regresar (por cierto, a una celebración de cumpleaños, con pastel, bocadillos, cervecitas, cava y cubatas). 
Total, que como es natural –además de los kilos extra que me he llevado este fin de semana, con lo que me cuesta perderlos- aquí tenéis el habitual documentográfico.

Bill Gekas


Amiguitos, gracias a una recomendación del piltrafilla @DonCrspulo descubrí la semana pasada al australiano Bill Gekas, un fotógrafo autodidacta enamorado de los grandes maestros de la pintura que no encontró a nadie mejor que su propia hija –una increíble cría de grandes ojazos y una expresividad que llama la atención- para convertir en imágenes sus ideas. A ver qué os parece.

Francesco Scavullo


Regreso con vosotros con uno de lo mitos de la fotografía glamourosa de los 70, el norteamericano Francesco Scavullo. Internacionalmente reconocido por –sobre todo- sus portadas para Cosmopolitan, ante el objetivo de Scavullo desfilaron a lo largo de su carrera centenares de celebrities y modelos.

sábado, 1 de marzo de 2014

Tal día como hoy...


Piltrafillas, hoy es mi aniversario de boda. No me esperéis por aquí.