Tras una tarde/noche caracterizada por el frío húmedo aunque sin precipitación –eso sí, a las cinco de la tarde ya se ha puesto el sol y uno, acostumbrado al clima mediterráneo, se siente como si ya tuviese que meterse en la cama debajo de varias mantas–, el segundo día comenzó nublado y con amenaza de lluvia. Pero lo cierto es que no hizo tanto frío como el día anterior y la ciudad invitó al paseo.
La entrada de hoy muestra imágenes de Holborn, Camden –lloviznó durante un buen rato–, Wellington Arch, Harrod’s y de nuevo las orillas del Támesis, con el London Eye como protagonista. La comida del día fue un estupendo Duck Confit con bacon, patatitas y mermelada de moras acompañado de una estupenda Greene King IPA.
Por cierto, a lo largo de los dos días y medio por Londres hicimos a pie un total de 70 kilómetros y sólo cogimos el metro en tres ocasiones, una de ellas a causa de la fuerte lluvia y las otras dos al final del último día porque se me había llagado un dedo del pie. Aún así, no dejamos de ir de un lado a otro de la ciudad caminando, que es la manera que me gusta para descubrir rincones y crearme un mapa mental que me permita orientar sin necesidad de Google Maps.
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