Cuando una banda tiene a sus miembros sumidos en el abismo de las drogas y el alcohol, sólo enormes cantidades de talento pueden alejarla del fracaso y la desaparición. Y no nos engañemos, amo a los Crüe, pero no son precisamente Lennon, McCartney, Jagger o Richards. Claro que a veces, con menos talento aunque con dinero y suerte –y creedme, estos tipos no tenían una flor en el culo, tenían un pomo entero– al menos se puede conseguir el tiempo suficiente para salir del pozo.
El primer álbum de los Mötley Crüe era un buen disco de una banda primeriza con más voluntad y actitud que capacidades, Shout at the devil fue la consagración de lo que estos tipos querían ser y Theater of pain es el resultado de lo que querían hacer y de lo que terminaron siendo por culpa de los excesos. Girls, Girls, Girls fue un poco lo mismo que su predecesor, el resultado de la voluntad de cuatro inadaptados intentando mantener en pie un sueño mientras el caos y el descontrol gobernaban sus vidas.
Así pues, en un momento en el que eran cualquier cosa excepto un grupo cohesionado, entran y salen de los One on one recording studios, los Rumbo recorders studios y los Conway recording studios bajo la supervisión una vez más de Tom Werman un alcoholizado y disoluto Vince Neil, Mick Mars encerrado en si mismo sin compartir sus sentimientos y abusando del alcohol y los analgésicos, un Tommy Lee recién casado con Heather Locklear estresado por intentar mantener ocultas sus adicciones a los ojos de ella y su familia y el descontrolado Nikki Sixx luchando sin demasiado éxito por mantener sus múltiples adicciones a raya.
Y con la contribución de músicos como John Purdell a los teclados y coros, ponen finalmente en las tiendas un nuevo elepé con una portada ideada por Sixx y fotografiada por Barry Levine, con el siguiente track list:
A
Wild side
Girls, Girls, Girls
Dancing on glass
Bad boy boogie
Nona
B
Five years dead
All in the name of...
Sumthin’ for nuthin’
You’re all I need
Jailhouse Rock (live)
El disco comienza con Wild side, que me parece un estupendo tema de
presentación y está entre los mejores del álbum al igual que la alegre y
fiestera Girls, Girls, Girls. Por cierto, se cuenta que Mars estaba tan
borracho cuando la grababa que se cayó de la silla mientras tocaba el solo.
Le sigue Dancing on glass, un tema bastante presentable, resultón y pegadizo
que escribió Sixx después de escapar del centro en el que había ingresado
junto a su novia de entonces para intentar superar su adicción a la heroína.
Evidentemente, no tuvo éxito en esa ocasión. Luego nos encontramos con Bad
boy boogie, que a mi siempre me ha parecido un intento de componer su propio
Smokin’ in the boys room y que en mi opinión sirve de relleno, como
evidentemente la instrumental Nona con la que finaliza la cara, muy simplona
aunque con fuerte carga emocional para el bajista ya que la compuso al
fallecer su abuela, nonna en italiano.
La cara B se inicia con Five years dead, para mi gusto, repetitivo y sin ninguna gracia, producto de un momento en el que –saliendo con Vanity, totalmente paranoico y enganchado al crack– Sixx intentaba por enésima vez reducir su consumo diario de drogas. All in the name of... me resulta algo más interesante y aunque no deja de ser un rock’n’roll clásico y básico, es algo más trabajado que el anterior tema. Sumthin’ for nuthin’ es hardbluesero, resultón, pero sin nada que lo haga especial, todo lo contrario que You’re all I need, un tema controvertido por su temática pero de lo más destacable del disco en mi opinión y con una emocionante interpretación vocal de Neil cargada de sentimiento. Hubiese sido el final perfecto para este álbum de transición si a alguien no se le hubiese ocurrido meter con calzador una versión del Jailhouse rock en directo –o eso nos quieren vender–, una tonada popularizada por Elvis Presley totalmente prescindible aquí.
En resumen, que con cuatro o cinco temas entre buenos y pasables y unos
cuantos de relleno, los Mötley Crüe alumbraron un nuevo álbum con vistas a
seguir en el candelero mientras ponían orden en sus vidas con mayor o menor
convicción y se preparaban –sin saberlo aún– para alcanzar un nuevo nivel de
estrellato de la mano de Bob Rock. ¿El disco es recomendable?, por supuesto,
aunque no sea lo mejor que hayan grabado en su carrera. Con todo, lo más
excepcional es que a fecha de hoy, casi 40 años después, los cuatro sigan
con vida.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
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