viernes, 21 de junio de 2024

KISS – Dynasty (Casablanca records, 1979)


Amigos, o mucho me equivoco o KISS es el grupo con más entradas dedicadas en este blog. La verdad es que no me he puesto a comprobarlo, pero si no es así, poco debe faltar. Y de manera inexplicable, no hay ninguna reseña de este álbum así que, aprovechando que el 23 de mayo de 1979 Casablanca lo puso en las tiendas por lo que acaba de cumplir su 45º aniversario, os voy a comentar el controvertido Dynasty
 
En recientes entradas dedicadas a Frehley y Stanley ya os he hablado de la época en la que se editaron los álbumes en solitario de los integrantes de KISS, por lo que ha quedado claro que la idea fue un error de cálculo monumental. Cada uno se lo tomó como una competición malsana, una guerra de egos que además atrajo a los inevitables moscones que se ocupaban de malmeter en una relación que ya de por si estaba más que resquebrajada. Por otra parte, tomando como base que en la banda había dos partes claramente contrapuestas –los díscolos y disolutos Criss y Frehley frente a los sesudos y responsables Stanley y Simmons–, el que el disco más exitoso fuese el de Ace y el menos vendido con diferencia el de Criss no hizo más que aumentar las diferencias en el seno del grupo. 
 

La banda estaba sumida en numerosas distracciones, Simmons aparecía en las noticias del corazón a causa de su relación con Cher en lugar de en las publicaciones musicales y el aumento de popularidad de la banda debido al merchandising que la hacía reconocible incluso entre el público infantil, la alejaba de sus fans hardrockeros acérrimos. Si a eso le sumamos la animadversión mutua antes comentada y factores como las lesiones de Criss a causa de un grave accidente automovilístico que no le permitían estar al nivel necesario para soportar las sesiones de grabación –claro que también podía ser culpa de sus adicciones o que simplemente no le salía de los huevazos morenos–, cuando la banda se reunió para grabar un nuevo álbum con el que intentar levantar cabeza tras aventuras como los mencionados discos o el estreno de la película KISS Meets the Phantom of the Park –tan infecta como entrañable–, la tarea parecía casi imposible. 
 

Dynasty
es el resultado de la frustración, el desánimo y la pérdida de rumbo, una especie de monstruo de Frankenstein hecho a retazos, un ejemplo de patchwork musical en el que cada miembro en mayor o menor medida aportó retales que fueron unidos por obra y gracia de Vini Poncia. Si leísteis la entrada dedicada a Criss sabréis que Poncia había sido el productor del disco en solitario del batería y como intento de allanar la relación entre este y el resto de la banda, se accedió a que –tal como el Catman exigía– fuese el encargado de grabar el nuevo álbum del grupo. Por suerte, el productor se comportó de forma profesional y pese a la amistad que le unía a él, tras los primeros ensayos apartó del proyecto a Peter Criss, con el que era imposible trabajar en esos momentos. De hecho, excepto por un tema que seguramente Poncia salvó de las sesiones de su disco en solitario, Criss ya no volvería a tocar en estudio con el grupo –aunque oficialmente aún perteneció por un tiempo a la banda– hasta la reunión de finales de los 90. Así que se contrató al sudafricano Anton Fig –que había grabado la batería en el disco en solitario de Frehley– para ocupar su puesto, algo que también hizo en su siguiente obra de estudio, Unmasked
 
Así las cosas, Vini Poncia se hizo con los controles de la nave y entre The Record Plant y los Electric Lady studios, fue el encargado de dar forma al disco, grabando y produciendo lo que cuatro músicos, que ni eran una banda cohesionada ni nada parecido –nunca coincidieron en el estudio los cuatro miembros– le iban proporcionando, añadiendo coros, percusión y teclados de su autoría. 
 

La portada es de Francesco Scavullo y, contra lo que podría parecer, no se trata de una foto de grupo sino de una composición de retratos individuales. Mi copia –según DISCOGS– es una reedición española de 1986, que ni lleva la funda interior con el logo de la banda a colorines ni el póster, que sí iban en el lanzamiento original y su track list es el que sigue: 
 
A 
I was made for lovin’ you 
2.000 man 
Sure know something 
Dirty livin’ 
 
B 
Charisma 
Magic touch 
Hard times 
X-ray eyes 
Save your love 
 
El álbum se inicia con –nos guste o no– el temazo del disco. Compuesto por Stanley –por entonces habitual del notorio, infame y bastante poco hardrockero Studio 54– junto a su amigo Desmond Child, I was made for lovin’ you resultó una apuesta por el sonido disco imperante en la época, que se acompañó por un cambio de imagen de la banda, del original blanco, negro y plateado de su vestuario rockero a unos ropajes cabareteros de colores saturados basados en las portadas de sus discos en solitario. El tema no le gustó a nadie más que a Stanley, aunque Simmons confiaba en que quizás en ese momento de la banda, lo que se necesitaba era algo tan anti-KISS como esa canción. Y mira tú por donde, al menos en cuestión de ventas y fama internacional, funcionó aupando a los primeros puestos de las listas al single y al álbum, tanto en los Estados Unidos como en numerosos países. Le sigue 2.000 man, un tributo de Frehley a los Rolling Stones –autores del tema– que se ocupó de la voz, las guitarras y el bajo. Vamos, que ni vio a sus compañeros. Algo parecido a lo que hizo Paul Stanley en la siguiente canción, la resultona –a mi me encanta– Sure know something, en la que este canta, toca el bajo y todas las guitarras. Tras el estrepitoso fracaso del disco de Criss, nadie estaba por la labor de utilizar temas de su autoría para el disco, pero al final claudicaron y se quedaron con Dirty livin’ de los tres que quiso colar, tema que tenía su origen en Lips, la banda del batería antes de unirse a KISS con el que se cierra la primera cara del vinilo. La verdad es que en el contexto del sonido del disco, no desentona en absoluto aunque ignoro quien tocaba el bajo o la guitarra, porque ambos instrumentos no suenan para nada a ni a Simmons ni a Frehley
 




En la cara B encontramos Charisma, un tema de Simmons que tiene un letra divertida pero que parece un descarte de las sesiones de su disco en solitario. Le sigue una de mis favoritas si no la preferida del disco, una totalmente paulstanleyniana Magic touch en la que el Starchild se ocupa de nuevo de voz, bajo y todas las guitarras. Hard times es otro estupendo y rockero tema aportado por Frehley en el que –con la seguridad que le daba el haber ganado la partida a sus compañeros a la hora de grabar su disco en solitario– se ocupó nuevamente de voz, guitarras y bajo. No os necesito, chicos. Soy el puto amo. La que sigue es X-ray eyes, otra de mis preferidas del disco que esta vez viene de la mano de Simmons, un –para mi– temazo estupendo con unos coros matadores en el que The Demon se encarga de voz, bajo y guitarra rítmica. Para terminar, Save your love, de nuevo Frehley con otro estupendo tema en el que, a excepción de la batería de Fig y los coros aportados por Simmons y Stanley, se ocupa de todo. Un acertadísimo final de álbum. 
 





Y poco más queda por comentar sobre una obra que, pese a todo lo expuesto, me parece imprescindible en la historia del grupo. Que en un momento de crisis interna de tal magnitud fuesen capaz de arriesgar y sacar un disco tan grande, con algunos temas muy remarcables más allá incluso del imprescindible a la par que cansino por multiexposición I was made for lovin’ you, dice mucho de KISS, the hottest band in the world
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla 
 
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com 

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