viernes, 10 de mayo de 2024

KISS, Ace Frehley – Ace Frehley (Casablanca-1978)


En el pueblo de Sharon, ubicado en el condado de Litchfield, al noroeste del estado de Connecticut, se levanta una imponente construcción de estilo renacentista italiano conocida como la mansión Colgate. Se trata de un capricho de Romulus Riggs Colgate –nieto del creador de la empresa de perfumes y jabones que todo el mundo relaciona con la pasta de dientes–, su esposa Susan y el prestigioso arquitecto J. William Cromwell Jr. Y aunque algunos os preguntaréis qué tiene que ver eso con el álbum que hoy os traigo, si seguís leyendo –clickbait de campeonato– veréis que fue determinante. 
 
Lo primero será justificar esta entrada. Hace algunas semanas ya os hablé del primer disco en solitario de Paul Stanley y Manu lo hizo incluso antes del de Gene Simmons en el blog de #FFVinilo. Pero, como veo que nadie se anima, hoy os traigo el primer álbum en solitario de Paul Daniel Frehley –también conocido como Ace Frehley o Spaceman–, que seguramente sería mi favorito si la voz del señor Eisen no me tuviese tan atrapado desde que escuché con trece añitos su I want you (del disco Rock and roll over, 1976). Mi edición es la alemana de 1980, con el vinilo prensado en los Países Bajos. 
 



Ace era un joven del Bronx que mientras tocaba en bandas locales trabajaba como cartero, repartidor de muebles, mensajero o taxista antes de responder a un anuncio en The Village Voice, presentarse a una audición para Paul Stanley, Gene Simmons y Peter Criss y convertirse en guitarrista de KISS. Y aunque la manera en que finalizó su relación con los líderes del grupo pudiese indicar que Frehley no consideraba importante a la banda, lo cierto es que su aportación al sonido de KISS fue decisiva, fue incluso el diseñador del logo original y se involucró sin reservas en el tema del maquillaje y el vestuario. Además, siempre ha reconocido lo mucho que aprendió de sus tres compañeros. Pero Ace era y es todo un rockero, un disfrutón amante de los excesos cuya personalidad no cuadraba con el carácter de Simmons y Stanley. Sólo hay que ver algunas entrevistas en las que –casi siempre con varias copas de más en el cuerpo– el bueno de Frehley no paraba de hacer chistes y reír jocosamente con sus carcajadas chillonas tan características mientras Simmons –más preocupado por vender un producto– no podía evitar lanzarle miradas afiladas como puñales. 
 
Total, que como ya os conté en el pasado, en un momento en el que las relaciones en el seno de KISS no pasaban por su mejor momento y el ambiente se impregnaba de una mezcla de celos y cansancio, cada uno de los miembros de la banda sacó su propio álbum, tanto para sentirse directores de su propio proyecto como para demostrar que no necesitaban al resto para triunfar. El resultado no fue el esperado. Sin embargo, el que más se acercó fue precisamente Ace Frehley, que ganó en ventas a sus compañeros. La risotada debió ser magnífica. 
 

El primer acierto de Ace fue conseguir a Eddie Kramer como productor, el tipo que había grabado con KISS Rock and roll over, Love gun y el Alive II, con quien tenía muy buena química. Kramer realmente admiraba al guitarrista y se mostró encantado de colaborar con él. Eso sí, Ace Frehley ha reconocido que Kramer fue muy listo y sabiendo las novias, distracciones y contactos que tenía en Manhattan y lo que le gustaba a él la fiesta, fue un acierto llevarlo lejos de la civilización para grabar el disco. Se lo llevó a una casa en medio de la nada y rodeada de bosques. La idea la había tenido Kramer, que había sido ingeniero de sonido en el Houses of the holy de Led Zeppelin, grabado en la mansión de Mick Jagger en Hampshire con el estudio móvil de los Rolling Stones. El productor –además de por los motivos reconocidos por Frehley– quería reproducir aquel ambiente de trabajo y el mismo sonido de batería. Así que alquiló el Fedco –un camión tipo step van con base en Providence, que albergaba en su interior un estudio móvil de grabación con el que también se grabó el Frampton comes alive!– y se lo llevó al jardín de una propiedad alejada de la Gran Manzana, una mansión en Sharon en la que Kramer, Frehley y el resto de músicos residirían y trabajarían parte de los meses de junio y julio de 1978. ¿Entendéis ahora el inicio de la entrada? 
 



La primera decisión de la pareja fue contratar a Anton Fig –sudafricano, como Kramer– para la batería, su primera elección para conseguir el sonido que querían. De hecho, este reputado músico de sesión tocaría en los siguientes álbumes de KISS Dynasty y Unmasked –se cuenta que también lo hizo en uno o varios de los temas en estudio del Alive II– así como en buena parte de los posteriores discos de la carrera en solitario de Ace. Además acabaría siendo ampliamente conocido en los Estados Unidos al convertirse en miembro de la banda del longevo late night televisivo de David Letterman. Y aunque –además de cantar– Ace tocó las guitarras, el sintetizador y también el bajo, para algunos temas se requirió a Will Lee, bajista de sesión que casualmente también acabó como compañero de Fig en la banda del show de Letterman. Eddie Kramer define aquellas semanas como divertidas y alejadas de malos rollos, un momento muy creativo en el que Frehley trabajó muy duro, tocando de forma muy intensa y comportándose de forma muy responsable con el firme propósito de grabar un álbum del que sentirse orgulloso y con el que darles en las narices a Simmons y Stanley
 
Fue sin duda el proyecto más personal de los cuatro discos en solitario de KISS, un verdadero álbum de autor que según Kramer contiene las mejores interpretaciones de Ace y es lo mejor que ha grabado el guitarrista. Mención especial merece el esfuerzo de Frehley con las voces, que se grabaron en los Plaza sound studios ubicados sobre el Radio City Music Hall de Manhattan. Cuenta Kramer que Ace se estiraba en el suelo sobre unas alfombras, con un cojín bajo la cabeza, una botella de cerveza en una mano y un micrófono Shure-58 en la otra. Así iniciaba la mayoría de las canciones, hasta que toma a toma se sentía cada vez más cómodo y se iba incorporando adquiriendo confianza en si mismo hasta poder cantar en pie. 
 
Total, que con los músicos mencionados y los aportes del batería Carl Tallarico, Bobby McAdams a la talk box –ambos amigos de la infancia de Frehley en el Bronx– o de David Lasley, Larry Kelly y Susan Collins a los coros, Ace Frehley puso en las tiendas su álbum en solitario, con la distintiva portada de Eraldo Carugati que caracteriza a toda la serie y el siguiente track list
 
A 
Rip it out 
Speedin’ back to my baby 
Snow blind 
Ozone 
What’s on your mind 
 
B 
New York groove 
I’m in need of love 
Wiped-out 
Fractured mirror 
 

El primer tema es un trallazo, un temardo titulado Rip it out, rockero, con una pegada impresionante, fantásticamente cantado y con un solo estupendo. Y Anton Fig está que se sale. Un pelín más poppy es Speedin’ back to my baby, con unos coros y unas segundas voces a cargo de Susan Collins que lo convierten en carne de radiofórmula, aunque tiene una pátina rockera innegable. El solo es muy original y el trabajo de Fig es impresionante. Otra de mis favoritas es la ralentizada –excepto en la parte del solo, muy inspirado y más rapidito que el resto del tema– Snow blind, con un sonido muy Frehley. Y entonces Ace nos sorprende con una Ozone que resulta difícil de clasificar, de riff repetitivo y con una parte vocal que perfectamente podría suprimirse. A mi me hubiese resultado un tema instrumental superatractivo. La cara se despide con What’s on your mind, otro tema de pop rock con una sorprendente interpretación vocal por parte de Frehley, con una mezcla de guitarra eléctrica y acústica. 
 
Inaugura la cara B New York groove, el tema estrella del disco, el single del álbum –al igual que en el caso del de Stanley, no hubiese sido mi elección de tener esa decisión en mis manos– que ayudó a convertirlo en el más vendido de los cuatro solo albums y auparlo al número 26 del Billboard Hot 100. Compuesto por el prolífico Russ Ballard, años antes había sido grabado por los británicos Hello. Le sigue I’m in need of love, un tema alejado del sonido habitual de las composiciones de Frehley, de ambiente un poco space rock y también con un solo más alegre que el resto de la canción. Pelín extraño, la verdad. Wiped-out está tan lleno de cambios de ritmo que me parece una especie de híbrido de funk rock, pop y hard rock con una batería enérgica. Definitivamente, Fig es el pegamento que une de forma admirable todo el disco. Y finaliza el álbum con la preciosa instrumental Fractured mirror, con diversos pasajes sonoros de lo más inspirado que hay quien equipara a una incursión de Frehley en el prog rock
 



A partir de ahí, el desafecto entre Frehley y la dirección musical de KISS fue en aumento, su poder de decisión ante Simmons y Stanley quedó anulado con el despido de Criss y finalmente abandonó –o fue invitado a abandonar– la banda de su vida. En 1984 fichó por Megaforce records –en la época fue todo un acontecimiento- y editó, de nuevo con su amigo Anton Fig a la batería, la primera pieza de su nueva etapa en solitario, un Frehley’s Comet que ya os comenté aquí
 
Y eso es todo, amigos.
 
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
 
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com

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