domingo, 18 de junio de 2023

The lost empire (1984)


Hoy toca hablaros de la levemente sexy y entretenida aunque cutre The lost empire. Producida, escrita y dirigida por Jim Wynorski, la película supuso su debut en la gran pantalla y la primera de una larga filmografía en el mundo de la serie B. A Wynorski podemos encontrarlo, por ejemplo, en Dinosaur island –os hablé de ella aquí–, obra que codirigió junto a Fred Olen Ray, otra figura mítica del género. Protagonizada por Melanie Vincz, Raven De La Croix y Angela Aames, cuenta con la participación de Angus Scrimm, el icónico Tall man de la saga Phantasm y se inicia mostrándonos como una especie de ninjas matan al dueño de una tienda de joyas en el Chinatown angelino para robar el ojo refulgente de una pequeña estatua, lo que no consiguen al ser interrumpidos por tres agentes de policía con los que luchan. Tras los títulos de crédito se nos informa de que en tiempos inmemoriales existió una civilización perdida gobernada por los Lemurian, seres con poderes místicos que encerraron los secretos de su ciencia en dos joyas llamadas, los ojos de Avatar. Pero tras una batalla cósmica, los Lemurian fueron derrotados y las joyas desaparecieron. La leyenda cuenta que quien recupere los ojos de Avatar –podemos imaginar que el de la tienda es uno– tendrá el poder de los Lemurian. Y parece ser que alguien malvado está decidido a ello. Luego conocemos a la inspectora Wolfe, hermana de uno de los agentes fallecidos en el atraco a la joyería, a quien su amigo el agente del FBI Stanton le cuenta una leyenda sobre los ojos de Avatar y un tal Lee Chuck, que ganó su inmortalidad al pactar con el Diablo que cada día le entregaría un alma. 
 

La verdad es que el argumento es enrevesado y la relación entre los personajes y lo que vamos conociendo no tiene ni pies ni cabeza, pero aún no hemos visto nada porque entonces la inspectora Wolfe se lleva de la escena del crimen el ojo de Avatar sin darse cuenta y el inspector Chang le explica que un tal Dr. Sin Do está relacionado con el atraco y con Lee Chuck y que está reclutando tríos de mujeres para convertirlas en terroristas. Así es como Angel Wolfe recluta en una reserva india a Estrella Blanca y en una prisión a Heather McClure –la escena de la pelea en el patio es de vergüenza ajena– para irse a la isla del Dr. Sin Do, averiguar si tiene realmente algo que ver con el atraco en la joyería y vengar la muerte de su hermano. A partir de ahí, lo que sigue es un despropósito infumable a la par que simpático que aúna el cine de Russ Meyer, Andy Sidaris, Roger Corman o Fred Olen Ray, con unos diálogos patéticos, interpretaciones voluntariosas que muestran a unos actores que no se están creyendo nada de lo que hacen pero se lo pasan bien, un diseño de producción que tiene su mérito y un desenlace típico y carente de la más mínima originalidad. The lost empire es una de esas películas de serie Z rodadas con mucha ilusión y voluntad, tan malas que uno no puede apartar los ojos de ellas y al final resultan imprescindibles para los amantes del cine low cost ochentero como yo. Así que, a por ella.

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