domingo, 18 de julio de 2021

Hardcore Henry (2015)


Hace un par de semanas os hablé por primera vez de Ilya Naishuller con motivo de la reseña de Nadie, su último estreno. Lo cierto es que no le conocía de nada y fue entonces cuando me enteré de que había rodado esta Hardcore Henry que se consideraba de culto en algunos círculos. Así que me dio por buscarla y comentaros mis impresiones. Escrita y dirigida por el realizador ruso, cuenta con la participación de Sharlto Copley, Danila Kozlovsky, Haley Bennett y Tim Roth, aunque este último aparezca tan solo unos segundos. Supongo que lo haría gratis por alguna razón que se me escapa. O eso o fue el sueldo más fácil de su vida. Total, que rodada íntegramente en primera persona –ahí radica el valor diferencial de la propuesta y su atractivo principal–, el argumento nos muestra al tal Henry despertando en una mesa de operaciones tomando consciencia de que algunas partes de su cuerpo son cibernéticas. No sabe que forma parte de un oscuro plan relacionado con el criminal Akan, un psicópata que financia la investigación de un científico sobre la regeneración de tejido muerto con la idea de crear un ejército de cibersoldados. Pero cuando Akan se deshace del autor del estudio y lo deja postrado en una silla de ruedas, este planea su venganza. 


Como os he dicho, el principal atractivo de Hardcore Henry es que está rodada en primera persona, con la dificultad técnica que eso supone. De hecho, el papel del protagonista –al que evidentemente no vemos en toda la película, salvo en un reflejo por un instante– fue interpretado por más de una decena de personas entre dobles, el operador de cámara Sergey Valyaev –que se lesionó– el actor Andrei Dementiev –que tenía otro papel en la cinta y que también acabó lesionado– o el mismísimo Naishuller. Sólo por esa razón ya vale la pena dedicarle al menos un visionado a la película. Sin embargo, ese ejercicio de realización y su montaje frenético y ultraviolento es lo que también acaba resultando algo cargante. Dejando eso de lado, la palma se la lleva la histriónica interpretación de Copley y algunas pinceladas de cierto humor. No está mal, pero no será de las que guarde en mi memoria, me temo.

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