Últimamente, en mi tienda vinílica de cabecera, el stock de segunda mano lleva meses sin renovarse. Supongo que será por culpa de la pandemia y la falta de eventos internacionales, pero desde el pasado marzo, cada vez que han levantado las restricciones, han podido abrir los comercios calificados como no esenciales y me he desplazado a la calle Tallers para pasar un rato relajado revisando cubetas de discos –cada cual se relaja como quiere ¿no?– me he encontrado con los mismos vinilos. Y llega un momento en el que uno se pone a jugar a la ruleta rusa musical, pillando elepés que no ha escuchado nunca de grupos que ni siquiera sabía que existían, con la misma ilusión que el Doctor Livingstone cuando buscaba las fuentes del Nilo. El álbum de hoy es un ejemplo de ello. Dudo –aunque estoy preparado para sorpresas– que ninguno de vosotros sepáis nada de la banda que hoy os presentaré y que, como habréis visto ya, son los Zon y el disco del que os hablaré, su Back don to earth. La verdad es que la portada era horrorosa, pero esos pelos, las gafas de sol, los fulares... no sé, me enviaban buenas vibraciones de hard setentero. Y por si fuera poco, estaban a punto de coger una stratocaster. Además, estaba en la última cubeta y llevaba largo rato en la tienda por lo que no podía irme de vacío. Total, que me tiré a la piscina y me planté en el mostrador con mi adquisición esperando que la cara del dependiente me pudiese dar alguna pista. Pero sus ojos no dijeron ni “buena elección” ni “vaya mierda te llevas”, el tipo se limitó a cobrarme y a desearme un buen día. Era como regresar a los 80, cuando no había internet y a veces hasta que no llegabas a casa no sabías si tu compra había valido la pena. Qué tiempos.
Pues bien, resulta que Zon eran canadienses y se habían formado en
Toronto a mediados de los 70 con
Denton Young a las voces,
Gary Poplawski a la guitarra,
Rod Chappell al bajo y
Patrick McGuire a la batería
aunque en el camino a la profesionalización
Kim Hunt reemplazó a
McGuire, Jim Sampson a
Chappell y
Louis Mucilli a
Poplawski, siendo reemplazado este a su vez por
Brian Miller, un recomendado de Howard Helm, el teclista recién incorporado a la banda. Con esta formación definitiva
y componiendo sus propios temas, giraron bastante por el circuito de clubs
de Ontario y se ganaron algunos fans del hard y prog de la
zona. Eso les hizo firmar un contrato con Epic y ganarse la atención
de Bob Gallo, el A&R de CBS en el área que se los llevó a los
Phase One studios y alquiló los servicios de
Don Lorusso para grabar su primer
álbum. Sonaron en las FM, fueron nominados a mejor nuevo grupo del 78 y
telonearon a estrellas como
Styx –con quienes les encuentro
gran similitud– o The Tubes.
Un año después ya estaban dispuestos a grabar este Back down to earth del que también pusieron en circulación un single y que les llevó a acompañar a Foreigner e incluso encabezar cartel en un aciago show en el Maple Leaf Gardens. Paradójicamente, ese fue el inicio del fin de su carrera. Y es que, según cuenta Howard Helm, un reportero del Globe & Mail escribió una crítica tan atroz que la banda quedó tocada. Posteriormente, el periodista admitiría que no vio el show y que sólo asistió a la actuación de los teloneros... pero el mal ya estaba hecho. La mala imagen de Zon se extendió por todo el país y no fueron capaces de recuperarse. Para acabarlo de arreglar, CBS echó a Gallo y decidió no grabar un tercer disco que tenían contratado con la banda. Años después, el grupo consiguió en los tribunales los derechos sobre ese disco y lo editaron con un sello independiente. Pero no había nada que hacer. Zon pasaron por Canadá con más pena que gloria y para el resto del mundo se puede decir que casi ni existieron. Total, una injusticia.
Así, con la portada que décadas más tarde serviría para llamar mi atención –diseñada por Dean Motter y fotografiada por Michael Gray–, Back down to earth fue producido por Don Lorusso y Dale Jacobs en los Manta sound studios de Toronto por la formación ya mencionada dando como resultado un estupendo disco que debería haber obtenido mayor reconocimieno del que recibió. Por cierto, deciros que poseo una copia promocional de la edicion estadounidense y que el orden de las canciones es diferente al que aparece en la contraportada, que es de la edición original canadiense.
A
Back down to earth
Lifeline
Cheater
As seasons change
Suicide
B
Gods and kings
Take it from me
When he’s old
Circus
Please stay
El disco se inicia con Back down to earth, el tema título, alegre, lleno de ritmo, con unas voces estupendas a cargo de Young, una base rítmica potente, unas buenas guitarras, una melodía fantástica, coros y un apoyo de teclados que no sé cómo no convirtieron esta canción en un clásico. Del mismo estilo –aunque aquí sin la presencia tan obvia de teclados– es la siguiente Lifeline, muy poco progresiva y con aires a old classic rock en la que Brian Miller tiene el protagonismo. Le sigue Cheater, un medio tiempo con destellos prog en los que se advierte una vez más lo cohesionada que sonaba en estudio esta banda. As seasons change es una belleza de baladón –que se acelera en la parte final– con una sentida parte vocal y una guitarra que la acompaña en todo el tema. Y finaliza la primera cara con la rockera Suicide, otra estupenda muestra de lo que estos pobres desgraciados sin merecida gloria eran capaces de hacer.
En la cara B encontramos Gods and kings, otro temazo con el sonido que
caracteriza el álbum, con potentes guitarrazos, una sólida base rítmica,
coros, voces poderosas y los teclados aportando el pegamento que lo une
todo. El segundo tema es Take it from me, otro de esos alegres y con ritmo
que obligan a uno a mover las piernas al que sigue una When he’s old que es
el exponente de lo que podríamos llamar prog-pop. Circus tiene un inicio con
teclados a los que rapidamente se une con fuerza la guitarra de Miller antes
de que entre el resto de la banda para dar forma a otro tema resultón aunque
algo repetitivo. Y algo más pausada a la par que más prog es Please stay,
con la que se pone fin a esta edición aunque como podéis ver en la carátula
se trata del segundo corte del álbum original.
En definitiva, un disco estupendo de los que da gusto descubrir, una mezcla
de hard rock setentero, hard pop y prog rock que os recomiendo con fuerza. Y
como no sé si con mis palabras os haréis una idea de lo que esconde este
Back down to earth, os adjunto la grabación completa. Disfrutadla, hacedme caso.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Publicado simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
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