Hoy os traigo la interesante La rebelión de las muertas, una mezcla de cine de zombies, magia y giallo de la mano del mítico Jacinto Molina, que como la mayoría sabréis es mundialmente conocido –y reverenciado en los círculos más freak– como Paul Naschy. Dirigida por León Klimovsky y escrita y protagonizada por el cineasta madrileño –que se reserva varios papeles– junto a intérpretes como Luis Ciges, María Kosty, Mirta Miller, Romy o Víctor Barrera, la cinta comienza cuando un matrimonio de profanadores de tumbas decide abrir el ataúd de Gloria Irving, una mujer víctima de asesinato, para robar las joyas con las que ha sido enterrada. Pero mientras están en ello, un misterioso hombre enmascarado realiza un rito vudú y la devuelve a la vida, lo que no trae nada bueno a la pareja. Luego somos testigos de una sesión espiritual a cargo de Krisna y su joven asistenta, Kala. Se trata de un gurú conocedor de las tradiciones hinduistas con consulta en Londres que está a punto de trasladarse fuera de la capital. Una de sus acólitas es Elvire, prima de la fallecida. Cuando una noche se presenta en su casa una zombie que asesina a su padre e intenta acabar con ella, decide trasladarse a la nueva morada de Krisna para que la ayude a superarlo. Mientras tanto, el misterioso hombre de la máscara y la capa sigue con sus rito de vudú resucitando a difuntas y sembrando la muerte por donde pasa.
La verdad es que La rebelión de las muertas no es precisamente una película de presupuesto holgado y el guión tampoco es que resulte demasiado original. Sin embargo, el resultado es bastante aceptable, el oficio del realizador, la solvencia de actores como Ciges, Barrera o la misma María Kosty así como un Naschy en su línea que tampoco lo hace mal del todo, ayudan a ello. Además, la película tiene un tono general que sabe mantener la atención y conduce al espectador hasta el desenlace final de forma entretenida y sin mostrar todas las cartas. Por otra parte, el ubicar la acción en Londres y sus alrededores le otorga a la cinta un aspecto interesante e internacional. Donde patina es en los efectos especiales. En ese aspecto, escenas como la de la decapitada o la de la muerte del padre de Elvire son de juzgado de guardia. Pese a ello, es una obra a reivindicar para los fans de Jacinto Molina y el cine de género setentero español. Recomendada.
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