Pues nada, ya estoy aquí un fin de semana más, hoy para hablaros de Los ritos sexuales del diablo, una peliculilla que ya tiene su edad –en los últimos tiempos y por razones obvias, exceptuando Tenet, pocos estrenos os he comentado– y que en esta ocasión pertenece al fantaterror hispano con despelote. Dirigida y escrita por José Ramón Larraz, aunque algunos le ven relación con La semilla del diablo, la verdad es que esta se limita a que nos muestra un grupo de personas que adoran a Satán, aquí desde su vertiente más lúbrica, es decir, follando como locos. Así, la cinta que en su versión internacional tuvo títulos como Black candles o el más descriptivo Hot fantasies, no deja de ser una sucesión de escenas eróticas en un argumento que no tiene ni pies ni cabeza y que contiene sexo hétero, lesbianismo, orgías, una cópula con un macho cabrío... y hasta una sodomización con sable, de todo cabe a nivel softporn en este subproducto que contó con la participación de Helga Liné, Vanessa Hidalgo, Alfred Lucchetti e incluso Tito Valverde en uno de sus primeros trabajos para la gran pantalla.
Lo que Los ritos sexuales del diablo nos cuenta entre escenas de desnudos es cómo una chica llamda Carol viaja a la campiña inglesa junto con su pareja tras enterarse de la súbita muerte de su hermano. Una vez en casa de su cuñada Fiona, descubrirá que en la mansión tienen lugar ritos satánicos centrados en el sexo. Al parecer, Larraz no quedó satisfecho del montaje final –quizás por ello firmó la película como Joseph Braunstein– y debo deciros que lo comprendo perfectamente, aunque debo admitir que el desenlace no me lo esperaba. Pese a todo, cuando finaliza la historia le queda a uno la sensación de que se trata de un vehículo para mostrar carne sin otro interés. Una lástima porque los intérpretes no son malos y los medios con que el realizador contaba hubiesen podido dar como resultado una obra más reivindicable que este despelote al que, de todas formas, no se le puede negar atractivo para los seguidores de la exploitation patria como este que os escribe.
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