domingo, 16 de diciembre de 2018

La balada de Buster Scruggs (2018)


Antes de nada dejadme que os diga una cosa sobre esta Balada de Buster Scruggs: no os la podéis perder. Lo sé, es una producción de Netflix para la televisión que sólo se ha podido ver en contadas salas. Sin embargo, esto es CINE con mayúsculas, una piedra preciosa con algunas aristas sin pulir pero gema al fin y al cabo, que debería poderse disfrutar en pantalla grande. Dirigida y escrita por los ya mitos contemporáneos del séptimo arte Ethan y Joel Coen, la cinta es un western de más de dos horas formado por seis relatos independientes protagonizados por un nutrido reparto en el que constan James Franco, Tom Waits, Liam Neeson, Brendan Gleeson o Tyne Daly entre otros. Al parecer, la primera idea fue rodar una serie con varios capítulos pero al final se decidió rodar una película. Creo que eso –además de otorgar mayor entidad al producto final y permitir que fuese presentado en festivales de cine, no lo perdamos de vista– ha hecho que el resultado final fuese más completo al aunar en una única película todo el abanico de facetas que se pueden encontrar en el género, desde musicales a romanticismo pasando por atracos a bancos, duelos, caravanas de colonos, diligencias, luchas con indios o buscadores de oro en cantinas, praderas, montañas, desiertos o habitaciones de prostíbulos. 


Tal condensación también ha provocado una innegable falta de linealidad que hace que tras más de dos horas de metraje le quede a uno la sensación de que no todo ha salido redondo. Así, con dos episodios marcados por el humor negro –el primero de los cuales da nombre a la película–, un tercero cruel –más esteticista y menos inmediato en su planteamiento que sus predecesores–, un cuarto precioso, de enorme la belleza plástica, un quinto que ya de por si hubiese podido servir de base a una película independiente, con su apasionante y triste historia y un sexto segmento marcado por la oscuridad –no sólo por su iluminación– y el minimalismo de su puesta en escena, el resultado es algo irregular aunque en conjunto obligue a disfrutar de la obra entera casi sin pestañear. De desarrollo pausado y con el único hilo argumental de las páginas de un libro con ilustraciones en el que se suceden las historias que los Coen nos cuentan en imágenes, la sensación es la de asistir a un cuento a la luz de los troncos ardiendo en la chimenea en plena noche. Una fotografía fascinante, buenas interpretaciones, estupenda banda sonora, humor, violencia, emoción... en fin, CINE. Toda una paradoja que haya llegado a través de un proveedor de streaming televisivo.

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