domingo, 2 de diciembre de 2018

Baby Love (1979)


Completo el aporte cinematográfico dominical con Baby Love, una cinta erótica dirigida por el siciliano Rino Di Silvestro –un especialista en producciones de serie B bastante bizarras– en la que supone su tercera visita a este blog tras La lupa mannara (aquí) y Las deportadas de las SS (aquí). La película, protagonizada por Paola Maiolini, Violette Lafont y Jessica Sabel, nos cuenta la historia de la subasta de la virginidad de Baby Love, la hijastra de una aristócrata viuda de un noble que se hizo construir un castillo y que se hace llamar Lady de la Pelota y del Pomponero y de la Pica y de la Vaca Blanca y de la Vaca Negra y de la Vaca Grasa y de la Vaca Magra. Esa autodenominada Reina del castillo, con el fin de calmar a sus más de 4000 acreedores, idea un subasta en la que el mejor postor se llevará a Baby Love. Para ello contrata a un instructora en sexo llamada Miss Helga que dé clases a la joven, que será todo lo virgen que queráis pero va más caliente que el palo de un churrero. A la llamada de la Reina acuden cuatro millonarios –un chino, un ruso, un norteamericano y un italiano– a los que incluso ofrece participar en una orgía para mantenerlos contentos. 


Sin embargo, a la chica no le hace ninguna gracia ser vendida como ganado a un empresario maduro por lo que decide perder la virginidad con el amante de su madrastra. En fin amiguitos, que Baby Love es una comedia muy italiana, una astracanada que eleva el cine de Ozores al nivel de Bergman, con unos diálogos y chistes que convierten en literatura los guiones de Bud Spencer y Terence Hill. Desnudos gratuitos, lesbianismo, masturbaciones, cuero y látigos... pero todo muy light y bastante cutre. Aún así, el resultado goza de cierto esteticismo que –si nos olvidamos de las interpretaciones y el guión y hacemos un gran esfuerzo- podría recordar vagamente a una cinta de la Hammer algo subida de tono, aunque sólo sea porque la acción transcurre en un castillo. Si os digo la verdad, no sé si recomendárosla con afán completista desde el punto de vista de amante del erotismo casposo y el cine exploit o pediros que huyáis de ella. La verdad es que es simpática a la par que patética, así que la elección es vuestra.

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