domingo, 13 de mayo de 2018

El jorobado de la morgue (1973)


Mi segunda reseña del día y toda una recomendación es para la española El jorobado de la morgue, una cinta de terror dirigida y coescrita por el prolífico Javier Aguirre, un director todoterreno que tanto se dedicaba al cine de género del estilo de El gran amor del Conde Drácula o El asesino está entre los trece, que ya pasó por aquí, como a comedias con Tony Leblanc o Lina Morgan e incluso a películas musicales con el grupo infantil Parchís como protagonista. En fin, un hombre de cine con más méritos que reconocimiento por el gran público. Basada en una historia de Paul Naschy, está protagonizada por este mismo junto a un elenco en el que aparecen la argentina Rosanna Yanni, la austríaca Maria Perschy, el habitual Antonio Mayans o un joven Manuel De Blas. Vamos, la tipica película española de los 70 con vocación internacional. Lo que nos cuenta El jorobado de la morgue es la historia de Gotho, que –como el título nos indica– es un jorobado que trabaja en la morgue de un hospital en una pequeña localidad montañesa. 


Los niños le insultan y apedrean, los adultos se burlan de él y las mujeres le temen. Sin embargo, tiene una amiga de la que está enamorado, Ilse, una enferma del hospital que siempre le ha tratado con bondad. Un día, Ilse fallece y Gotho –que no duda en asesinar a quienes se han mofado de su amor por la joven– se lleva el cadáver a la cueva en la que reside. Se da el caso de que junto al hospital hay una facultad de medicina que se nutre de los cadáveres que la morgue proporciona, en la que el siniestro Profesor Orla estudia cómo crear vida artificial. Pero cuando la Universidad le niega el permiso para proseguir en sus investigaciones, el científico promete a Gotho que devolverá la vida a su amada a cambio de que le consiga cuerpos. En fin piltrafillas, efectos de maquillaje de feria –no olvidemos que estamos a principios de los 70– aunque efectivos, interpretaciones algo forzadas, ratas quemadas vivas –eran otros años, amiguitos del PACMA– y escenas inverosímiles que pese a todo dan como resultado una película superentretenida y muy recomendable, con una atmósfera que nada tiene que envidiar a producciones de terror internacionales de la época.

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