domingo, 4 de febrero de 2018

El extranjero (2017)


Mi segunda reseña de hoy y verdadera recomendación seria del día es esta coproducción chino-británica que tiene como principales intérpretes a los ya maduros Pierce Brosnan y Jackie Chan. En realidad, la película es más china que británica –incluso participan Wanda Group, patrocinadores del Estadio Metropolitano del Atlético de Madrid– y su verdadero protagonista es Jackie Chan en el papel de un destrozado Quan. Dirigida por Martin Campbell y basada en la novela El chino, de Stephen Leather, la acción de El extranjero se situa en Londres, donde una supuesta facción activa del IRA auténtico ha hecho explotar una bomba en una oficina bancaria. En el atentado –el primero tras diecinueve años de tregua– fallece la hija adolescente del señor Quan, el humilde propietario de un restaurante chino. A causa del suceso, las autoridades solicitan la mediación de Liam Hennessy, viceministro de Irlanda del Norte, miembro del Sinn Féin y antiguo integrante del IRA, quien tiene la misión de intentar averiguar quiénes son los autores del atentado sin que parezca que le sigue el juego a Londres y sus contactos le tomen por un traidor. Mientras, el señor Quan también le pide ayuda para vengar a su hija. Sin embargo, Hennessy se la niega por lo que Quan mostrará su verdadera naturaleza, muy alejada del simple inmigrante que durante décadas se ha dedicado a ser.


La verdad es que afrontaba esta El extranjero con algunas reticencias, pero lo cierto es que me ha resultado muy entretenida, con un Brosnan siempre estupendo en este tipo de papeles –qué lejos queda ya Remington Steele– y un Jackie Chan como verdadero protegonista de una cinta de acción que no es la típica comedia de puñetazos a la que nos tenía acostumbrados. Es decir, que el hongkonés nos enseña una vez más que puede con cuantos malos se le pongan por delante a lo Steven Seagal pero en un papel alejado de sus personajes desenfadados, llevando a la pantalla a un hombre triste y atormentado sin nada que perder y con una determinación obsesiva en su búsqueda de la verdad y la venganza. En resumen, una buena película palomitera para un domingo de invierno.

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