domingo, 10 de diciembre de 2017

Atomic blonde (2017)


Despido mis reseñas de hoy con Atomic blonde, la última de David Leitch mientras esperamos que finalice la segunda parte de las aventuras de Wade Wilson. La verdad es que tenía miedo de enfrentarme a ella porque imaginaba que se trataba de un mero vehículo al servicio de su protagonista, la estupenda –en todos los sentidos– Charlize Theron, pero al final me he decidido a verla. Y me duele y satisface a partes iguales haber constatado que mis temores eran ciertos. A ver, no es una mala película –¿qué significa mala en realidad?– pero tampoco puedo deciros que sea una buena película. Coprotagonizada por –entre otros– James McAvoy, John Goodman o Sofia Boutella, la acción tiene lugar en noviembre de 1989, en un Berlín en plena ebullición que está a punto de ver como cae su muro. En ese escenario convulso, unos cuantos agentes –últimos peones de una guerra fría que está llegando a su fin, al menos en la forma en que se ha desarrollado durante varias décadas– hacen sus últimos movimientos mientras la agente Lorraine Broughton del MI6 debe enfrentarse a espías y asesinos soviéticos para recuperar una lista de espías infiltrados en el sector oriental en el marco de un mundo violento en el que nadie es lo que parece y el engaño es la principal arma. 


Amiguitos, Atomic blonde es una película basada en la novela gráfica The Coldest City y ya os he dicho que es una excusa para el lucimiento de Charlize Theron –de hecho, su productora está detrás de todo–, que desde el principio se puso al frente del proyecto. Pese a ello, parece que a ratos interprete su personaje sin convicción y con cierto desdén –el personaje pedía cierto hartazgo y cansancio, pero no tanto– aunque no se le puede negar que hace un duro trabajo en todas las escenas con carga fisica, algo para lo que se entrenó y que acabó costándole varios traumatismos y contusiones. James McAvoy, un pelín histriónico en ocasiones, es quien parece divertirse más con una interpretación tan enérgica como el enloquecido día a día de su personaje, pero como no parece existir química alguna entre su personaje y el de Charlize, su actuación es más algo paralelo que un duelo interpretativo. La música es un punto a favor y está muy conseguida como reflejo de la época, encontrando desde Depeche Mode a Nena, pasando por David Bowie o el Der Kommissar del austriaco Falco, aquí en la versión de After the fire. En resumen, que Atomic blonde me ha parecido aburrida, entretenida, enrevesada y diáfana, una pura contradicción dependiendo del momento o la escena. Con todo, el argumento –que algunos califican de liado en exceso– me ha parecido muy conseguido, sobre todo en el desenlace. Para fans de la Theron y amantes del cine de espías de la guerra fría. Espero que con Deadpool 2, Leitch se tome su trabajo con más empeño.

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