Score (1995)

Mi primera reseña de este domingo dedicado al cine nipón es para Score, una violenta cinta de serie B que resulta entretenida aunque su calidad sea algo discutible. En realidad, pese a ser de mitad de los 90, podría muy bien ser uno de esos productos ochenteros que vieron la luz directamente en VHS. Dirigida y coescrita por Atsushi Muroga, un realizador y guionista de Osaka, tiene como protagonista principal a Hitoshi Ozawa, un prolífico actor japonés con una larga carrera en cine y televisión al que –por ejemplo– pudimos ver en Dead or alive de Takashi Miike, reseñada aquí. La historia que nos cuenta es la de Chance, un antiguo atracador que tras salir de la cárcel es obligado por sus antiguos jefes a cometer un último robo antes de permitirle comenzar una nueva vida. Lo que ocurrirá a continuación es que el golpe sale de pena, uno de los miembros de la banda resulta herido, y además tendrán que pelear contra una pareja de asesinos que quieren quitarles el botín. En medio de todo el lío, Chance tendrá que luchar contra sus compañeros, sus jefes y los asesinos con el único fin de salvar su vida, las joyas y conseguir la libertad. 

En fin, piltrafillas, que estamos ante una de esas películas que provocan vergüenza ajena, con escenas rodadas en Manila que supuestamente transcurren en los Estados Unidos, por ejemplo. Y eso no es lo único que apesta. Atracadores con trajes y corbatas negras disparándose en una fábrica abandonada, pareja de asesinos vestidos con traje en un coche ¿os suena? Exacto, una mezcla de ideas de Reservoir dogs y Pulp fiction masticadas y escupidas sin digerir con un tufo a mala copia de Tarantino que echa para atrás. Por supuesto, el desenlace es una ensalada de tiros en la que muere hasta el apuntador. En resumen, amiguitos, ¿es Score una gran película?, para nada. ¿Es recomendable?, por supuesto. Si por una parte le podemos echar en cara a Muroga que robe descaradamente escenas a Tarantino, el resultado es una aceptable peliculilla de serie B que como fast food movie cumple a la perfección, aunque sea en los puestos más bajos de la tabla. Simpática.