domingo, 11 de junio de 2017

Mania (1974)


Piltrafillas, la primera reseña dominical de hoy es para esta joya en bruto titulada Mania, una cinta de horror psicotrópico dirigida y escrita por Renato Polselli –aunque utilizó el pseudónimo de Ralph Brown– y que al parecer estuvo perdida durante décadas hasta que en 2007, un años después del fallecimiento del realizador, se encontró una copia en Roma, en el archivo de la censura. Protagonizada por Brad Euston, Eva Spadaro, Isarco Ravaioli, Mirella Rossi e Ivana Giordan, la película comienza con Lisa conduciendo angustiada bajo la lluvia junto a su prometido, Lailo, exclamando visiblemente alterada que no está loca pero que siente cómo la presencia de su esposo la acosa. La lluvia cesa y ella sigue huyendo sin saberse bien de qué hasta que está a punto de tener un accidente. Entonces un coche les persigue, un vehículo sin conductor que intenta echarlos de la carretera. Mientras, gracias a unos cuantos flashbacks, Polselli nos cuenta que Lisa estaba casada con Brecht, un científico dedicado en exceso a sus estudios sobre el control de la materia humana. Lisa quería a su marido pero echaba en falta que este la besase y le mostrase su afecto, cosa que él no hacía al estar centrado en su investigación pese a que afirmaba estar enamorado de ella y tenerla como su fuerza e inspiración. Junto a ellos, en la mansión del matrimonio, encontramos a Erina, la criada, y Germano, el gemelo de Brecht con quien Lisa encontrará consuelo hasta que su esposo los descubra. 


Ahora, años después de la desaparición de Germano y la muerte de Brecht en un accidente de laboratorio, Lisa está perdiendo la razón y siente que el espíritu de su esposo la acosa. Así, Lailo –quien antaño había sido alumno de Brecht– se ve en la obligación de ir a buscarla a la casa familiar, a donde Lisa ha ido junto a su criada Katia con el objeto de poner fin a sus pesadillas. En la mansión se reunirán con Germano, ahora impedido, y Erina, lo que no hará más que propiciar la aparición de antiguos fantasmas y nuevas alucinaciones. En fin, amiguitos, una estética muy setentera, efectos especiales y de maquillaje patéticos, interpretaciones poco cuidadas, escenas de vergüenza ajena como el atropello con silla de ruedas o el ataque con candelabro, escenas lésbicas sin venir a cuento en una historia de terror psicológico y un desenlace que se adivina desde el comienzo de la película... la verdad es que no me extraña que Mania estuviese perdida, seguramente porque el mismo Polselli se encargó de destruir todas las copias, excepto la que guardó el censor. Sin embargo esa pátina de pelicula maldita y de eurotrash de serie Z con guión surrealista la convierten en una joya oculta de la cinematografía cutre italiana que no os podéis perder. Así que, ya sabéis, a buscar por ahí.

No hay comentarios: