domingo, 25 de enero de 2015

John Wick


John Wick se muere al final. No, piltrafillas, no he revelado spoiler alguno porque esa es la primera escena de la película. John sale de su coche y se desangra mirando una filmación en la que él y su amada Helen se besaban. Un cuarto de hora más tarde aún no conocemos gran cosa de John. Hemos vuelto atrás en el tiempo, sabemos que es un tipo duro, tiene un pasado misterioso –sabemos que habla ruso, eso sí–, su novia ha muerto, posee un bonito Mustang del 69, un perro... y entonces todo se tuerce. No tardamos en enterarnos de que John es un temible asesino al que incluso la mafia rusa de Nueva York teme. Y ahora está muy enfadado. Tal y como un personaje dice, “John Wick no es Baba Yagá, the Boogeyman, el Coco, el Hombre del Saco... no, John Wick es a quien envías para matarlos”. 


John Wick es un thriller de acción dirigido por David Leitch y Chad Stahelski, protagonizado por Keanu Reeves y Michael Nyqvist –con la colaboración de Willem Dafoe–, en el que el leit motiv es la venganza. Y no hay nada más que contar, porque el argumento es así de simple, básico... y efectivo. En resumen amiguitos, que John Wick se muere al final. ¿O quizás no? En realidad poco importa, porque lo que cuenta es que habréis pasado un rato de lo más entretenido disfrutando de una película de acción, violenta, distraída, palomitera y con una interpretación más que aceptable –tampoco es que se le exija demasiado pero al menos es creíble- del atractivo Reeves.

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