domingo, 27 de enero de 2013

Nude on the moon


Amiguitos, a la hora de escoger películas para este fin de semana me ha costado decidirme. Primero pensé en Zero Dark Thirty, pero dura 156 minutos. Entonces me decanté por algo menos profundo y más palomitero, algo como Caballero oscuro: la leyenda renace... pero son 164 minutos!. Y lo que necesitaba yo este frío fin de semana era relajarme con un par de cintas intranscendentes, simpáticas y amenas, nada de tirarme casi tres horas ante la pantalla, atento a una historia larga o compleja. Así que finalmente estos días he acabado escogiendo un par de películillas ligeras, de esas de usar, disfrutar y tirar que tanto me gustan. La primera de ellas ha sido Nude on the moon, película de 1961 escrita y dirigida al alimón por Raymond Phelan y Doris Wishman, la que fue conocida como la Reina del Sexploitation. La historia que nos encontramos en este homenaje al erotismo kitsch –tened en cuenta la época- es la de dos eminentes científicos que mientras esperan la financiación del gobierno para sus experimentos, ven como el más joven –Jeff, un doctor en aeronáutica especialista en cohetes- recibe una herencia gracias al fallecimiento de un tío y puede hacer realidad su sueño: viajar a la Luna. Así, el maduro científico al que llaman Profesor y el joven doctor Jeff Huntley se convierten en los primeros hombres que llegan a la Luna... para descubrir que, además de riquezas minerales y vegetales, en nuestro satélite residen unos seres de apariencia humana que visten bañadores –ellas en topless- y se comunican telepáticamente gracias a unas diademas con antenitas. En fin amiguitos, una cinta con efectos especiales de infarto –por lo patéticos-, diseño de producción de calidad –escasa- y un argumento sesudamente hilvanado (ironía) que rezuma verosimilitud a raudales (más ironía). 


Piltrafillas, a Nude on the moon no le podemos negar la originalidad de trasladar nada menos que a la Luna la acción –o lo que sea- de la historia cuando en este tipo de cintas nudies lo normal era ofrecernos imágenes de los cuerpos en topless de alegres jovencitas –y no tanto- retozando en piscinas, campamentos de verano o gimnasios. Rodada en Florida, la película contaba con una tal Marietta como protagonista en el doble papel de la Diosa de la Luna y Cathy, la secretaria del Profesor y enamorada del Doctor Huntley, típico científico despistado que no se da cuenta de ello. Poco o nada más os puedo contar de esta cinta, un exponente clarísimo de lo que os he explicado al principio, es decir, un producto simpático para disfrutar con la mente muy abierta. Siempre será mejor que las infumables TV movies alemanas que programa Antena 3.

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