domingo, 6 de enero de 2013

Killing them softly


Comienzo las críticas cinematográficas de este domingo con Killing them softly, una película de la que me habían hablado muy bien y que –ya os adelanto- no me ha defraudado en absoluto. Protagonizada por Brad Pitt, el argumento de la cinta puede resumirse diciendo que un par de delincuentes realizan un atraco que idea un tercero, escogiendo para el golpe a una organización muy poderosa y bien engrasada –nunca conocemos quienes están al mando de todo, sólo al abogado y portavoz- que envía a su mejor hombre para que los localice y elimine. Amiguitos, si después de los primeros seis minutos el guión no os ha atrapado, dejadlo correr pero cometeréis un irreparable error porque Killing them softly no es únicamente la historia típica de dos muertos de hambre que dan un golpe y de cómo las cosas no salen como esperaban, no piltrafillas, aquí hay interpretaciones muy grandes, todos estan impresionantes, el mencionado Pitt, James Gandolfini, por supuesto el incombustible Ray Liotta y en especial Ben Mendelsohn –que ya destacaba en la genial Animal Kingdom, otra recomendable cinta de las que ya os he hablado en este blog- como el loser integral al que todo le sale como el culo. 


En resumen, que no os puedo decir mucho más de esta Killing them softly excepto recomendaros que no os la perdáis. Diálogos geniales –me gustan las películas en las que los actores se explican cosas interesantes y hacen creíbles a sus personajes-, una fotografía perfecta para la historia, crudeza y violencia –la paliza a Markie duele de verla- y detalles accesorios que aportan matices a la historia, como los fragmentos de radio o televisión en los que se nos ubica en el tiempo. No se os escape la importancia de algo tan norteamericano como el coche en multitud de escenas, tanto como lugar de reunión, medio de transporte, herramienta criminal o distintivo de estatus social y no os perdáis la última escena. Dice mucho de la clase política que manipula a las masas, en los Estados Unidos y en cualquier parte, antes y ahora, por los siglos de los siglos.

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