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Un clásico piltrafillas, nada más y nada menos que una leyenda de la fotografía es el británico David Bailey, un tipo disléxico que con 15 años dejó los estudios y consiguió una cámara con la que practicó de forma autodidacta. En los años 60 comenzó a trabajar para Vogue y comenzó a codearse con las celebridades de la época documentando su vida y tomando retratos que ya forman parte de la historia de la fotografía.
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