domingo, 27 de febrero de 2011

Jean-Paul Mann






Estas preciosidades son algunas de las modelos que ha retratado Jean-Paul Mann, un fotógrafo profesional de Los Angeles de quien pensaba que ya os había hablado pero del que soy incapaz de encontrar rastro alguno entre mis entradas antiguas. Así pues, aqui os traigo una muestra de su obra llena de erotismo y glamour.

Sorolla, Chivas, los Guns y Covadonga


En el día en que Google se ha ocupado de recordarnos que un veintisiete de febrero de hace un montón de años nació Joaquín Sorolla -uno de los pintores españoles que más admiro-, compartiré con vosotros otra efeméride. Tras meses y meses de fidelidad al ron añejo –sobre todo el colombiano Ron de Caldas- hoy he abierto la botella de Chivas Regal 12 años que mi suegra –un beso María- me regaló por Reyes. Así, después del cortadito, he degustado la copa en pequeños sorbos mientras visitaba el blog del amigo Charlie Günner y miraba el clip de Sweet Child O’ Mine. Una cosa ha llevado a la otra y he acabado escuchando a los Punishers mientras escribía estas líneas. Total que he acabado recordando al son de Sleaze Warriors y Childhoods Gone mi paso de hace unos años por Arenas de Cabrales, Covadonga –la bajada desde los lagos casi sin pastillas de freno no la olvidaré por años que viva-, Oviedo, Bulnes y su Picu Urriellu o Ribadesella. Total, que un saludo a todos los lectores anónimos que sois testigos mudos de mis desvaríos. Y a los que comentáis, gracias.

sábado, 26 de febrero de 2011

Eduardo Fiel Re-visited









Acabo por hoy con el artista brasileño autodidacta Eduardo Fiel, otro pintor que ya nos visitó en el pasado –concretamente un 26.10.08 lejano- y del que esta vez os voy a ofrecer algo más de material gráfico. Se lo merece.

Hungry for ART

Maelle Andre










Fantásticas me parecen las instantáneas de este jovencísimo fotógrafo freelance de Bélgica llamado Maelle Andre. Formado en Historia del Arte, Diseño de Moda y Diseño Gráfico y enamorado de la moda, las Polaroid, las Lomo y la cultura norteamericana, tiene un talento enorme.

Biscúter





Parece mentira que el ingeniero y diseñador de los elegantes Voisin de los que no hace tanto os hablé sea el padre este engendro llamado Biscúter, pero es cierto. Gabriel Voisin diseñó –además de unos elegantes automóviles- un pequeño vehículo al que denominó Bi-Scooter y que –por algo sería- no satisfizo a nadie, por lo que la idea acabó en un cajón. Sin embargo , la precaria economía española propició que a principios de los 50 la firma barcelonesa Autonacional S.A. comprase a Voisin la licencia de esta criatura por lo que nuestras calles no tardaron en ver como rodaba por ellas lo que en un principio se llamó Serie 100, la sabiduría popular denominó familiarmente zapatilla y acabó tomando el nombre –más acorde con su origen- de Biscúter.
Esta caja de aluminio con ruedas no tenía marcha atrás y la transmisión se realizaba sólo a la rueda derecha delantera, pero durante diez años aproximadamente recorrió calles y carreteras de toda España llegándose a fabricar una versión furgoneta e incluso una especie de deportivo a pedales al que se conocía como Pegasín al semejar una versión de juguete de los fantásticos deportivos de Wifredo Ricart.

Jerry Ott









Ahora le toca alegrarnos la vista y el espíritu a Jerry Ott, pintor norteamericano de Minnesota con un curriculum impresionante en premios y exposiciones a lo largo de una carrera de más de cuarenta años.

Steve Stevens


Inicio el sábado con Rebel Yell, todo un temazo amiguitos, una inyección de energía para comenzar el día con fuerza. La verdad es que Billy Idol no me gusta demasiado. Puedo aguantar algunas de sus canciones, pero sólo me gustan de verdad dos o tres... y esta es la que más. Por otra parte, mientras la pinta de colgado que gasta el tipo me hace detestarle, a Steve Stevens sí que hace años que le sigo –con sus Atomic Playboys o como artífice del primer álbum en solitario de Vince Neil- y me gusta mucho su estilo. Total, que si no os gusta Billy es igual, subid el volumen de los altavoces y apagad la pantalla si lo deseáis, pero disfrutad con este clásico de los 80.

Y si queréis un ejemplo más de la maestría de Mr. Stevens a las seis cuerdas, de bonus os traigo esta Look in her eyes del álbum mencionado con el frontman de Motley Crue.

viernes, 25 de febrero de 2011

Eddy Stevens








Me despido de vosotros por hoy, alegre ante la inminencia del fin de semana, con el trabajo del genial Eddy Stevens, pintor de Amberes que ha realizado numerosas exposiciones por Europa y los Estados Unidos.

Richardus TRES (II)

Cinco años después, la noche del 24 de Agosto de 1944, entraba en París con la 9ª compañía, a lomos de uno de los maltrechos tanques de la división Leclerc, un vetusto Sherman en cuyos flancos alguien había pintado apresuradamente los nombres de Belchite y Toledo. De esa manera, con el espíritu exhausto y el cuerpo lacerado por diversas cicatrices, Fructuoso se convirtió en testigo excepcional de la liberación de París y posterior detención de Von Choltitz.


Finalizada la contienda mundial, el joven continuó alistado hasta que en 1947, a punto de ser enviado a Indochina –de lo que se libró por muy poco- decide dar un cambio a su vida. Abandona el ejército y se traslada a Argelia, en donde fija su residencia alternándola –tan a menudo como de compañía femenina- con cortos periodos en Barcelona. Es en una de esas visitas a la capital catalana, en Junio de 1948 para ser exactos, cuando averigua después de tantos años sin tener noticia alguna, que sus padres desaparecieron al poco de su huida a Francia. Según las explicaciones que le había hecho llegar el alcalde de Batea, su pueblo natal, a quien hacía algún tiempo que enviaba cartas con el fin de averiguar la suerte que habían corrido sus progenitores, alguien los sacó de casa de madrugada y nunca más se supo de ellos.
Entonces Fructuoso contacta con su tía Patrocinio, la hermana pequeña de su madre y, después de hablarlo con ella, decide abandonar la pensión en la que se aloja e instalarse ese verano y los posteriores en su piso del número 31 de la calle de Ribes, en la primera planta de un edificio próximo al Paseo de San Juan, de Barcelona.

Durante la década de los 50, las canículas transcurren para Fructuoso entre paseos matutinos por el parque de la Ciutadella, trifásicos en el bar de Luismi y la lectura diaria de La Vanguardia en la azotea de casa, comiendo taquitos de queso o jamón y tomando el sol en calzoncillos y camiseta de tirantes. Fue precisamente allí, en esa azotea en la que Fructuoso se refugiaba de los inclementes estíos argelinos, en donde conoció a Jorge, el hijo de los Chertó, un mozalbete que de tanto en tanto subía a estarse un rato con él y escuchar boquiabierto las fascinantes historias que aquel hombre extraño le contaba.
- ¿Sabes los que les hacen a los ladrones en África? –preguntaba, cambiando según la ocasión a los ladrones por asesinos, por extranjeros , niños malos, perros salvajes o lo que se le ocurriese con tal de mantener al chiquillo atento, mirándole con ojos abiertos como naranjas. Luego le explicaba la primera barbaridad que le venía a la cabeza- Se les hace un buen corte en la palma de la mano, se les cierra el puño sobre sí mismo, con las uñas metidas en la llaga, y se tira sal en la herida. Luego se cose un guante de piel de oveja, que se humedece bien y se envuelve en la mano del desdichado delincuente. Cuando el guante se seca, la piel comprime el puño a la vez que las uñas, que crecen día a día, se clavan dolorosamente en el tajo infectado que la sal impide cicatrizar. No es extraño pues, mi buen Jorge, que a los pocos días los pobres diablos a los que se mantiene encadenados en el interior de reducidas y oscuras celdas, golpeen sus cabezas contra la pared hasta perder el sentido o incluso la vida.

Llegado a este punto, Fructuoso miraba hacia el cielo durante unos segundos en los que no se oía ni la respiración de Jorge Chertó, quien se formaba en el cerebro las más horrendas imágenes. Luego, Fructuoso chasqueaba la lengua y se despedía del chico.
- Hala chaval, y ahora a casa, que tu madre te espera –decía mientras se levantaba y recogía el diario y los demás enseres que, según el día, hubiese acarreado hasta la azotea. En ocasiones, incluso, haciendo gala de cierta complicidad, le confiaba a Jorge algunos detalles de su vida sentimental.
- Venga, ayúdame a recoger, que hoy tengo algo de prisa. Voy a ducharme y acicalarme bien, que he quedado con una muchacha y no vamos a rezar el Rosario precisamente, ya me entiendes.
Y le guiñaba un ojo a su joven vecino que, inocente, asentía sin entender nada.

José Francisco Rodríguez Ruiz






Inaugura las entradas de hoy el granadino José Francisco Rodríguez Ruiz, un pintor autodidacta que reside en Terrassa, en donde amplió sus conocimientos estudiando en la Escuela de Artes y Oficios. Tras pasar por la Academia Joso de Barcelona para estudiar aerografía y perfeccionar su estilo, lleva años exponiendo individualmente y en muestras colectivas a la vez que participando en diversos certámenes de pintura.

jueves, 24 de febrero de 2011